LA NOVELA: Tras una inusual entrevista de trabajo, Olga es contratada por Víctor Motta para viajar a Berlín y traducir un manuscrito copto. Pero las peculiares circunstancias que envuelven esta tarea no son más que el principio de una cadena de extraordinarias vicisitudes, tanto por la naturaleza del manuscrito, que parece custodiar un mensaje intemporal sobre el destino del ser humano, como por la personalidad de Victor Motta, que a partir de ese momento quedará vinculado al destino de la propia Olga. Secretos ancestrales y el enigma no menos insondable del ser humano —como especie y como individuo— se entremezclan en esta nueva y cautivadora novela de Begoña Ameztoy.
Artículo publicado en el periódico Diario Vasco el 17 de mayo de 2010. Redactora: Elisa López
Cuando te acercas a historias inventadas quieres que te lleven a lugares inaccesibles y 'El sueño del Orion' está lejísimos, por eso su historia nos transporta a lugares recónditos y llenos de magia. Así describe Begoña Ameztoy su nueva novela, la séptima, que acaba de ver la luz de la mano de la editorial Algaida.
Pintora, escritora y columnista polémica, la donostiarra Begoña Ameztoy entremezcla en su libro aventura, historia, amor y thriller con una trasfondo que a ella le fascina, el de la civilización egipcia.
Conozco un poco este mundo y me atrae muchísimo, creo que ni ha existido, ni existirá una civilización como la egipcia. Y los protagonistas se mueven alrededor de esta historia que comienza con una excusa, la traducción de un manuscrito copto. Y también se aman, tienen secretos, viven aventuras, y además está la intriga, incluso el asesinato, relata Begoña Ameztoy, que ha querido escribir un libro ameno que a ella misma le gustara leer, quiero que la persona que lo coja se entretenga y pase un buen rato. En ningún momento he tenido intenciones formativas o cultistas.
Los secretos ancestrales y los enigmas del ser humano como especie y como individuo son aspectos que se combinan en este libro y que apasionan a su autora. En todo lo que está detrás, lo que hay al otro lado del espejo, detrás del túnel de luz... el hombre siempre está ahí, persistente. La vida es tan breve y transcurre tan rápido que tienes poco tiempo para transformar tu realidad en magia. Este mundo me interesa pero hay que acercarse a él con prevención. Pero sí es cierto que existen miedos atávicos en el hombre y que es difícil adivinar sus orígenes.
Ameztoy insiste en que el mundo está lleno de claves que somos incapaces de identificar. Asegura que hemos perdido una gran parte de intuición, las culturas milenarias se guiaban por ella. Ahora estamos inmersos en un mundo mucho más matérico y superficial.
El sueño de Orión es una historia de amor bastante complicada y muy poco habitual. Para Ameztoy, siempre es así. Puedes tener una pareja durante muchos años y no llegar a conocerla. El amor no tiene certezas de nada, nos enamoramos de un ideal. Así ocurre en la vida real y también en la novela.
¿Hay mucho de Begoña Ameztoy en este título? Todos los escritores contamos cosas que nos han sucedido, siempre escribimos de nosotros mismos. Lo decía Borges: 'Tú no escribes nada que no seas tú'. He publicado novelas diferentes, pero siempre soy yo; lo que siento, lo que pienso, lo que me gusta, mis angustias. Son historias mías transformadas. Lo hacemos todos los que escribimos y el que diga que no, miente.
Confiesa tener una cierta facilidad para escribir por lo que no tardo mucho en crear una historia y transformarla en libro, pero en este momento de su vida en el que ha regresado a su trabajo en la Justicia, prefiere dedicarse más a la pintura, aunque ya tiene algún proyecto de nueva novela. Ahora tengo poco tiempo entre mi trabajo diario y mis columnas semanales en DV, entonces prefiero ponerme ante un lienzo que ante una hoja en blanco.
Reconoce que el trabajo de escritora no está muy bien pagado, aunque ella ya se siente bien pagada porque mis libros gustan y la gente me lo dice, y eso es lo más gratificante. Todavía me recuerdan 'El Círculo', mi primer libro que dediqué a Maritxu Güller. Pero nunca se sabe, si 'El sueño de Orión' se convirtiese en un best-seller, en un pelotazo... Aunque éstas son cosas del azar, de la suerte.
Después de publicar unas cuantas novelas, muchos autores hablan de crecer como escritores, pero esto es algo que no interesa en absoluto a Begoña Ameztoy, es cierto que muchos lo dicen, pero yo lo que quiero es crecer como persona, porque se puede ser un gran escritor y ser un imbécil.
Artículo publicado en el periódico Diario Vasco el 17 de mayo de 2010. Redactora: Elisa López
Cuando te acercas a historias inventadas quieres que te lleven a lugares inaccesibles y 'El sueño del Orion' está lejísimos, por eso su historia nos transporta a lugares recónditos y llenos de magia. Así describe Begoña Ameztoy su nueva novela, la séptima, que acaba de ver la luz de la mano de la editorial Algaida.
Pintora, escritora y columnista polémica, la donostiarra Begoña Ameztoy entremezcla en su libro aventura, historia, amor y thriller con una trasfondo que a ella le fascina, el de la civilización egipcia.
Conozco un poco este mundo y me atrae muchísimo, creo que ni ha existido, ni existirá una civilización como la egipcia. Y los protagonistas se mueven alrededor de esta historia que comienza con una excusa, la traducción de un manuscrito copto. Y también se aman, tienen secretos, viven aventuras, y además está la intriga, incluso el asesinato, relata Begoña Ameztoy, que ha querido escribir un libro ameno que a ella misma le gustara leer, quiero que la persona que lo coja se entretenga y pase un buen rato. En ningún momento he tenido intenciones formativas o cultistas.
Los secretos ancestrales y los enigmas del ser humano como especie y como individuo son aspectos que se combinan en este libro y que apasionan a su autora. En todo lo que está detrás, lo que hay al otro lado del espejo, detrás del túnel de luz... el hombre siempre está ahí, persistente. La vida es tan breve y transcurre tan rápido que tienes poco tiempo para transformar tu realidad en magia. Este mundo me interesa pero hay que acercarse a él con prevención. Pero sí es cierto que existen miedos atávicos en el hombre y que es difícil adivinar sus orígenes.
Ameztoy insiste en que el mundo está lleno de claves que somos incapaces de identificar. Asegura que hemos perdido una gran parte de intuición, las culturas milenarias se guiaban por ella. Ahora estamos inmersos en un mundo mucho más matérico y superficial.
El sueño de Orión es una historia de amor bastante complicada y muy poco habitual. Para Ameztoy, siempre es así. Puedes tener una pareja durante muchos años y no llegar a conocerla. El amor no tiene certezas de nada, nos enamoramos de un ideal. Así ocurre en la vida real y también en la novela.
¿Hay mucho de Begoña Ameztoy en este título? Todos los escritores contamos cosas que nos han sucedido, siempre escribimos de nosotros mismos. Lo decía Borges: 'Tú no escribes nada que no seas tú'. He publicado novelas diferentes, pero siempre soy yo; lo que siento, lo que pienso, lo que me gusta, mis angustias. Son historias mías transformadas. Lo hacemos todos los que escribimos y el que diga que no, miente.
Confiesa tener una cierta facilidad para escribir por lo que no tardo mucho en crear una historia y transformarla en libro, pero en este momento de su vida en el que ha regresado a su trabajo en la Justicia, prefiere dedicarse más a la pintura, aunque ya tiene algún proyecto de nueva novela. Ahora tengo poco tiempo entre mi trabajo diario y mis columnas semanales en DV, entonces prefiero ponerme ante un lienzo que ante una hoja en blanco.
Reconoce que el trabajo de escritora no está muy bien pagado, aunque ella ya se siente bien pagada porque mis libros gustan y la gente me lo dice, y eso es lo más gratificante. Todavía me recuerdan 'El Círculo', mi primer libro que dediqué a Maritxu Güller. Pero nunca se sabe, si 'El sueño de Orión' se convirtiese en un best-seller, en un pelotazo... Aunque éstas son cosas del azar, de la suerte.
Después de publicar unas cuantas novelas, muchos autores hablan de crecer como escritores, pero esto es algo que no interesa en absoluto a Begoña Ameztoy, es cierto que muchos lo dicen, pero yo lo que quiero es crecer como persona, porque se puede ser un gran escritor y ser un imbécil.