Título: SENDERO DE LOS ESPÍRITUS
Título original: THE GHOSTWAY
Autor: TONY HILLERMAN
Editorial: JÚCAR
Trama: Un tiroteo en territorio navajo
alertará a la Policía Tribal Navaja, que descubre que uno de los implicados,
aunque vive en la ciudad de Los Ángeles, “territorio de los blancos”, es también
originario de un clan navajo. Pero el interés del FBI por el asunto obligará a
la Policía Tribal a apartarse del caso. Hasta que un asunto que sí les
concierne, la desaparición de una estudiante, obligará a un joven agente a
involucrarse en el asunto.
Personajes: Jim Chee, agente de la Policía Tribal, cuyos sentimientos
oscilan entre una novia blanca que le anima a ingresar en el FBI, en el que
previamente ha sido aceptado en caso de solicitarlo, y su lealtad a sus orígenes
culturales y étnicos, Margaret Sosi, joven navaja que pese a no residir en el
territorio de la tribu se siente muy unida a él y, sobre todo, a su abuelo, un
hombre muy respetado entre los suyos, Leroy Gorman, hombre de origen navajo que
ha vivido y trabajado entre blancos y no siente apego a las antiguas tradiciones,
Capitán Largo, jefe directo de Chee, al que apoya aunque intentando mantener
sus vínculos jerárquicos y las buenas relaciones con el FBI, Vaggan, eficaz y
frío asesino a sueldo obsesionado con un próximo holocausto nuclear, para el que
procura estar convenientemente preparado.
Aspectos a Destacar: Hillerman recoge en sus
novelas las tradiciones y sensaciones de los pueblos indígenas, más
concretamente de los navajos, lo que proporciona a sus novelas una característica
especial, aunque sean novelas negras bien construidas y desarrolladas y que,
por tanto, van más allá de lo puramente étnico o folklórico.
La Frase: Chee era de nuevo consciente de
que Bales esperaba que él dijera algo. Esa costumbre del hombre blanco de
esperar del oyente que haga algo más que escuchar, era contraria a su condición
de cortesía de navajo. Se había dado cuenta por primera vez en su primer año de
estudiante en la Universidad de Nuevo México. Salía con una chica de la clase
de sociología que le acusaba de no escucharla, y le llevó a dos o tres
malentendidos antes de caer en la cuenta de que mientras su gente da por
sentado que si uno habla el otro escucha, los blancos requieren confirmaciones
periódicas.