Título: LOS ESPEJOS TURBIOS
Autor: RAFAEL MARÍN
Editorial: GRUPO AJEC
Trama: Un joven estudiante asiste, desde el interior del servicio de señoras
de una facultad gaditana, al asesinato de una joven por un hombre, después de
que hubiesen mantenido relaciones sexuales. Asustado porque cree reconocer al
asesino, un eminente y respetado prohombre de la ciudad, pide ayuda a un viejo
amigo, antiguo empleado de su padre, pero desenmascarar a alguien apreciado por
todos sus conciudadanos no va a resultar tarea fácil.
Personajes: Angelito Fiestas,
joven estudiante de Filosofía, al que le va la vida universitaria sobre todo en
su aspecto más lúdico, que es también un experto en informática, Torre, antiguo
boxeador amnésico, que apenas recuerda algo de su pasado, pero fiel a la
familia Fiestas, al haber trabajado para el padre de Angelito, El Badodo, amigo
de Torre, de baja estatura y de un "ingenio" un tanto extraño, Charo,
la elegante madre de Angelito, una auténtica "materfamilias", Juan
Carlos Campillo de la Cruz,
importante erudito e investigador universitario, que al parecer lleva una doble
vida, como profesor y comoasesino, Juan Miguel Sombra, psicólogo amigo de
Torre, con más aspecto de “friki” que de profesional médico, pero inteligente y
eficaz.
Aspectos a Destacar: La propuesta del autor, que ha decidido escribir una novela de género
negro, un género que se presta habitualmente a las escenas dialogadas, sin
incluir ni un sólo diálogo, pese a lo cual la narración evoluciona de un modo
fluido y sin que decaiga el interés del lector / El uso de un lenguaje
localista, propio de la zona de Cádiz, que no retrae la lectura sino que la
hace más rica y colorida.
La Frase: Habían jugado a los detectives, como quien se entretiene montando las
piezas de un barco o se dedica a buscar cadenitas de oro perdidas entre la
arena de la playa, y al final habían comprendido, por lo menos Torre, que no es
verdad que quien la hace la paga, que siempre habrá gente de primera fila y
gente de gallinero, y que una chaqueta cruzada, una corbata y una pipa te
protegían más que una cazadora de antelina, un pañuelito al cuello y un paquete
de Ducados.