Título: LAS DOS CARAS DE LA VERDAD
Título original: TWO KINDS OF TRUTH
Autor: MICHAEL CONNELLY
Editorial: ALIANZA DE NOVELAS
Trama: En San Fernando, ciudad
californiana en la que trabaja como policía voluntario Harry Bosch tras
jubilarse del Departamento de Policía de Los Ángeles, es asesinado un
farmacéutico y su hijo, en lo que parece un ajuste de cuentas entre traficantes
de medicinas. Simultáneamente la Fiscalía de Los Ángeles reabre un caso en el
que Bosch trabajó casi tres décadas antes, poniendo en cuestión su honestidad e
integridad profesional. Bosch tendrá que trabajar en los dos frentes,
arriesgando tanto su vida como su reputación.
Personajes: Harry Bosch, personaje principal de muchas de las novelas de
Connelly, policía retirado de Los Ángeles, donde destacó tanto por su eficacia
como por su indisciplina, con un sentido propio de la justicia, cuya enseña
podría ser “todas las víctimas valen lo mismo o ninguna vale”, Bella Lourdes,
compañera de Bosch en San Fernando, trabajadora, entusiasta y siempre dispuesta
a mejorar en su profesión, Haller, también conocido como “el abogado del
Lincoln”, hermanastro de Bosch y protagonista, así mismo, de algunas novelas de
Connelly, siempre dispuesto a ayudar a su hermano aunque también siempre
dispuesto a sacar algo de su ayuda, Valdez, jefe de la policía de San Fernando
y antiguo compañero de Bosch en Los Ángeles, Lucía Soto, excompañera de Bosch,
en el que confiaba plenamente, pese a que ahora forma parte del equipo que
intenta incriminarle por falsificación de pruebas, Jerry Edgar, también antiguo
compañero de Bosch, con el que no simpatizaba mucho, actual agente de la Junta
de Inspección Médica.
Aspectos a Destacar: Connelly sigue
diseccionando en esta novela, en la que cruza a dos de sus personajes más
importantes, Harry Bosch y su hermanastro, “el abogado del Lincoln”, tanto el
sistema policial como el de de justicia de los Estados Unidos, sin importarle
hacer sangre con un bisturí que penetra hasta lo más profundo del sistema.
La Frase: Ese conocimiento proporcionó a
Bosch un subidón de adrenalina y una inyección de determinación. Sabía que
existían dos clases de verdad en este mundo. La verdad que era el lecho de
piedra inalterable de su vida y su misión. Y la otra, la verdad maleable de
políticos, charlatanes, abogados corruptos y sus clientes, adaptada y
tergiversada para servir a cualquier propósito.