Título: LA CLAVE DE LAS LLAVES
Autores: ANDREU MARTÍN & JAUME RIBERA
Editorial: UMBRIEL
Trama: Una mujer acude a la agencia de detectives en la
que trabaja Ángel Esquius para denunciar que su hija ha sido asesinada, aunque no
desea contratarles para que investiguen quién ha sido el asesino, ya que ella
está segura de conocer su identidad, y sólo desea que le presionen para obtener
una buena indemnización. Pero sus sospechas son tan inverosímiles que
despertarán la curiosidad del detective, ya que una cosa es cierta: que su hija
fue asesinada y que el caso se ha cerrado apresuradamente.
Personajes: Ángel
Esquius, detective de mediana edad, viudo y con dos hijos y nietos, que a pesar
de ello aún cree que tiene muchas cosas que hacer y decir, Palop, comisario de
policía amigo de Esquius, con el que tiene una estrecha relación de amor-odio, Biosca,
jefe y propietario de la agencia en la que trabaja Esquius, un tanto
desmesurado en sus relaciones con sus subordinados y su trabajo, Cristina, mujer
de mediana edad, desenvuelta y desinhibida, con la que Esquius inicia una
relación, Beth, joven compañera de Esquius, vital y con ganas de aprender, Cañas,
matón que le tiene muchas ganas a Esquius.
Aspectos
a Destacar: El sentido del humor que
recorre todas las novelas protagonizadas por Esquius y sus compañeros, del que se
ha dicho que es una versión adulta de Flanagan, el personaje creado por Andreu
Martín y Jaume Ribera para su célebre colección de novelas juveniles, sentido
del humor que no les impide realizar una crítica a esos estamentos de la
sociedad que se consideran intocables e impunes.
La Frase: ¿En
qué trabajas ahora?, preguntó en los postres. Cuando dices que eres detective
privado, siempre acaban haciéndote esta pregunta. Supongo que esperan que les
cuentes aventuras trepidantes, a la manera de las películas. Que estoy
persiguiendo a un asesino en serie que mata prostitutas y les quema la lengua
con un cigarrillo, por ejemplo, y que los principales sospechosos son el rey y
un famoso jugador de fútbol. Cosas así. Hay que aclarar a la gente que la vida
es más vulgar.