miércoles, 28 de julio de 2021

FICHERO DE NOVELAS NEGRAS: 829.-EL HOMBRE DEL CABALLO DE PLATA (EL INSPECTOR XAN)


 Título: EL HOMBRE DEL CABALLO DE PLATA

Autor: EL INSPECTOR XAN

Editorial: ÁMBITO LITERARIO

Colección: SERIE POLICIACA

Trama: Gracias a sus conocimientos del tablero un experto en ajedrez, Xan Parada de Betanzos ha puesto al inspector Maristany en la buena pista para resolver doce asesinatos en los últimos cinco años. Pero lo que parece ser un gran éxito profesional ha colocado al policía en el punto de mira de sus jefes, que no entienden cómo lo ha hecho ni con qué tipo de métodos, por lo que es apartado de la investigación que lleva entre manos, el asesinato de una rica anciana aficionada al arte.

Personajes: Xan Parada de Betanzos, hombre adinerado de origen gallego, que no necesita trabajar y cuya máxima afición es el ajedrez, gracias al cual es capaz de descubrir a los asesinos, María, criada de Xan, a quien admira, el inspector Jaime Maristany, el único policía en quien confía Xan, Sonia Sunyer, joven e inteligente agente de policía, subordinada de Maristany, a quien profesa algo más que la lealtad debida a un superior.

Aspectos a Destacar: El “inspector Xan” fue un proyecto frustrado, ya que sólo vio la luz una de la serie de novelas en las que, como ocurría con las firmadas por Ellery Queen, el seudónimo con el que estaban firmadas era el nombre de su personaje principal, y que iban a ser a protagonizadas por un personaje que, al igual que en los casos de “El viejo del rincón” de la baronesa de Orczy o el Isidro Parodi, de Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares, investigaba crímenes sin moverse, tan sólo con su inteligencia. Esta novela era la primera de la serie por lo que en ella prácticamente se limitó a crear y definir los personajes, unos personajes que, a pesar de su interés, no tuvieron continuación.

La Frase: Imagino que sigue usted con su método. ¿No es así? El inspector hizo la pregunta con gran desánimo y a la vez con auténtica admiración hacia Xan. Y no sentía envidia, pero sí impotencia. Le había anunciado la identidad del asesino en once ocasiones durante los últimos cinco años. Siempre con el mismo “método”: su tablero de ajedrez.