domingo, 20 de octubre de 2013

E-KING (JAVIER DÍEZ CARMONA)

LA NOVELA: Adela Martínez no regresó a casa aquella noche. Y su hija Montserrat no dudó en llamar a la policía. Tenía motivos para estar preocupada: un año atrás, un juez dictó orden de alejamiento contra su padre.
Xavier Font y Roser Colom, los mossos destinados al caso, tampoco dudaron de la implicación del marido. Si una mujer amenazada desaparece, no pienses en asesinos en serie, en fugas con su príncipe azul, en accidentes inexplicables. Siempre es él. Pero, a lo largo de una investigación desarrollada con la urgencia de la incertidumbre, una investigación salpicada de violencia de género, redes sociales, espionaje y fogonazos de un pasado reciente, ambos descubrirán que las verdades absolutas nunca son tales y, en ocasiones, las apariencias son apenas la fachada de realidades más siniestras y oscuras.

EL AUTOR: Javier Díez Carmona es Licenciado en Ciencias Económicas. n el campo de la literatura cultiva tanto el relato como la novela y la novela juvenil.
En relato ha participado en diferentes antologías del género además de haber sido premiado en más de setenta certámenes.
En literatura juvenil ha publicado dos novelas breves con la editorial Libresa, de Ecuador: La Casa de los Gentiles y La Gruta del Diablo, inspiradas ambas en la historia y la mitología vascas.
Ha sido finalista de los certámenes de novela “Felipe Trigo”, de Villanueva de la Cañada, y “Dulce Chacón”, de Brunete, en este caso con E-King.

En 2012 publicó Correr a Ciegas, su primera novela no dirigida a un público juvenil.

LA HORA DEL CALIFA (CARLOS AURESANZ)

LA NOVELA: En los albores del siglo X, la península Ibérica se encuentra dividida entre los reinos cristianos del norte y el emirato de Córdoba en el sur, lugares donde se desarrolla esta historia.
Atrapados entre ambos, el clan de los Banu Qasī, ya en horas bajas, defiende a sangre y fuego su posesión más preciada, la ciudad de Tudela. Sin embargo, los dominios que han conservado durante dos siglos se encuentran ahora en tierra de nadie, allí donde se producirá el choque inevitable entre dos civilizaciones irreconciliables.
Con el rigor histórico que lo ha caracterizado desde la primera entrega de la trilogía, Aurensanz nos deleita una vez más con su enorme capacidad para convertir documentos en historia narrada y transportar al lector, mediante detalladas descripciones, a otro tiempo y otro lugar. En esta última entrega deja claro que posee un formidable talento narrativo que parece haber alcanzado su absoluta madurez.

EL AUTOR: Carlos Aurensanz es licenciado en Veterinaria por la Universidad de Zaragoza y desarrolla su actividad profesional en el campo de la salud pública. Aunque su interés por la Historia no es reciente, para él fue un hallazgo la lectura del Muqtabis, una crónica árabe escrita mil años atrás, en la que el historiador Ibn Hayyan relata, entre otros, los apasionantes acontecimientos ocurridos en torno a la ciudad natal del autor, Tudela, en aquella época convulsa. Tres años de investigación y de trabajo sobre este momento de la Historia, han dado como fruto Banu Qasi, su primera novela.

Entrevista publicada en el DIARIO DE NOTICIAS DE NAVARRA (http://www.noticiasdenavarra.com/) el 20 de octubre de 2013. Redactora: Ana Oliveira Lizarribar
El veterinario tudelano se ha enganchado a la escritura de la mano de una trilogía sobre una dinastía de muladíes tudelanos que dominaron el valle del Ebro durante 200 años, con importantes alianzas y parentescos con vascones y árabes. La tercera de las novelas se centra en 'La hora del califa'.
pamplona. Con esta novela cierra la trilogía sobre los Banu Qasi. De hecho, uno de sus fines ha sido dar a conocer a esa dinastía tudelana, ¿considera que lo ha cumplido?
Bueno, en realidad no es que tuviera ningún objetivo. Empecé a escribir por afición y me gustó esta historia, que para mí era prácticamente desconocida. Con motivo del 1.200 aniversario de la fundación de Tudela, cayó en mis manos mucho material, empecé a interesarme por el asunto y pronto me apasionó la figura de Musa ibn Musa, un personaje muy atractivo. Me extrañó muchísimo que en el colegio nadie nos hubiera contado nada de una familia que estuvo por aquí durante 200 años dentro de una dominación musulmana de 400. La cuestión es que empecé a documentarme y al final supongo que la historia me atrapó. También me pareció un buen tema para empezar a escribir, y lo utilicé, pero solo como entretenimiento.
Pero aquello se convirtió al cabo del tiempo en un manuscrito de 700 páginas.
Sí, me pregunté qué hacer con él y decidí apostar a lo grande, quizá por ingenuidad, lo mandé a las editoriales importantes y tuve la inmensa suerte de que Ediciones B se interesara por el libro. Cuando me dijeron que me publicaban ni me lo creía; después salió y las críticas fueron muy buenas y la respuesta de los lectores, fantástica. Luego vino la segunda y ahora la tercera.
Se enganchó mucho a esta saga familiar.
Sí, es que está en el origen de nuestra historia. Musa e Iñigo Arista eran hermanos de madre y esa relación familiar fundamentó una relación que de alguna manera propició incluso el surgimiento del Reino de Pamplona. Los musulmanes de la Ribera apoyaban a sus parientes de las amenazas que venían del Norte. Y, al revés, ya que los pamploneses ayudaban a sus parientes de la Ribera en los riesgos que venían de los emires del Sur. En concreto, en 824, después de que los vascones ganaran la segunda batalla de Roncesvalles con la ayuda de los Banu Qasi, surgió la enorme figura de Iñigo Arista.
En la primera entrega se centró en la relación entre Enneco Iñiguez, luego Iñigo Arista, y su hermanastro Musa ibn Musa; en la segunda abrió el marco y se fue hasta Córdoba con Onneca, ¿qué nos cuenta en la tercera novela?
La segunda parte ya era una novela más coral, compleja y ágil y esta tercera se corresponde con la época de declive de los Banu Qasi. Ese momento coincide con el surgimiento de dos figuras clave. Por un lado, está Sancho Garcés I en Navarra, el gran rey que inició la reconquista sistematizada, y, por otro, la aparición en Córdoba de Abderramán III, el primer califa de Al-Ándalus. Este personaje me atraía muchísimo y, al final, es el que acapara el protagonismo de esta tercera novela.
¿Y qué pasa con los Banu Qasi en medio de estos dos gigantes?
Pues ahí están, aguantando, sufriendo en medio de la pujanza de los reinos cristianos del norte, que empiezan a avanzar hacia el sur dominando la zona del Ebro y pasando por encima de sus intereses; y los emires cordobeses no pueden ayudarles porque están inmersos en una auténtica guerra civil. Además, Abderramán III se da cuenta de que ya han jugado el papel que debían jugar y les sustituye por una familia más árabe. No hay que olvidar que los Banu Qasi eran conversos, muladíes; de modo que se trasladaron a Córdoba y ahí ya aprovecho para cerrar su historia junto al califa.
Se nota que la figura de Abderramán le ha atrapado.
Sí, y entre otras cosas porque también tiene una relación con Pamplona. No hay que olvidar que es hijo y nieto de vascones, tres cuartas partes de su sangre es vascona. Aprovecho esa relación para unir la historia de Pamplona y la de Córdoba.
A pesar de los 200 años que los Banu Qasi dominaron el valle del Ebro, apenas son conocidos, incluso para los navarros y los tudelanos. ¿A qué cree que se debe?
La historia la escriben los vencedores. Hubo una reconquista y después de ella se hizo tabla rasa. Hay que tener en cuenta que en la Ribera hubo nada menos que 400 años de dominio musulmán, aunque no merece más que una página en los libros de texto. Es lamentable. El otro día, estaba hojeando con mi hija de 13 años su libro de Historia y vi que el Islam solo ocupa dos páginas. Son 400 años de nuestra historia y nuestros hijos deberían conocer al menos cuáles son sus orígenes.
La labor documental de esta trilogía ha tenido que ser enorme.
Y fundamental. Cuando estás escribiendo una historia como esta debes estar muy seguro de lo que haces porque los lectores de novela histórica son muy exigentes. De hecho, a veces saben tanto o más que el autor. Como cometas un error, enseguida te lo detectan (ríe). Además, la documentación sirve para buscar los detalles: cómo vestían, cómo comían, el tiempo que les costaba hacer un viaje, la moneda que usaban, qué lengua hablaban... Esa es la parte que más cuesta, tienes que leer mucho, a lo mejor te descargas tesis doctorales de 300 páginas para encontrar solo un detalle. Pero una vez que tienes todo eso ya en la cabeza, escribir es un proceso más fluido, es la parte más placentera.
Con la Historia sucede que encontramos en el pasado muchas reminiscencias con el presente.
En este caso más de las que nos parece. Hace unos días me pidieron participar en un libro de relatos cortos de base histórica para una causa benéfica, he empezado a dar algunas pinceladas y la cosa se me ha ido por ahí, al paralelismo entre aquella época y esta en temas como los abusos del poder, los resortes que usaban los gobernantes para tener a la gente bajo el yugo, la propaganda, cómo engañaban al pueblo con el pan y circo de toda la vida –ahora tenemos el fútbol y el Sálvame–, y estoy descubriendo que hay muchos más.
Será que no cambiamos tanto.
No cambiamos nada, o, en cualquier caso, a peor. Repetimos nuestros errores, entre otras cosas por lo que siempre se dice, y es que el pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla.
A medida que iba publicando las novelas, siempre decía que el momento de la llegada a las librerías era especial y que esperaba las opiniones de los lectores y de los críticos con mucho interés.
En la primera novela las sensaciones fueron más intensas, luego me fui haciendo y ahora ya tengo algo más de confianza. Además, con esta más porque he disfrutado mucho y sé que al lector le va a sorprender en algunos momentos. Hace una semana que se ha publicado y todavía no tengo ninguna referencia de lectores, pero si las dos primeras han gustado, esta también.
Lo suyo ha sido llegar y triunfar, habida cuenta de las cifras de ventas, y eso que no había escrito nada antes.
Pero nada de nada. Lo único que recuerdo son unos relatos de terror con los amigos del pueblo donde pasaba el verano a los 13 o 14 años. Nada más. Lo que es cierto es que siempre he leído mucho, últimanente sobre todo novela histórica.
¿Le ha picado el gusanillo, ya está con otra historia?
Sí, es una maravilla, pero también es muy difícil de dejar. Escribí la primera novela sin plazos, sin presión; para la segunda ya los tuve y en la tercera también, así que acabé con una cierta necesidad de desconectar. Me propuse dejar pasar un poco el tiempo, pero me ha durado quince días (ríe). Había empezado ya con otra novela histórica ambientada en la época del Califato, pero antes del verano se me cruzó otra idea de esas que surgen como un garbancito y empiezan a crecer. Me acuerdo que se me encendió la bombilla afeitándome ante el espejo y en cuestión de una semana me fui apasionando. No tiene nada que ver con la novela histórica, va a ser una incursión en la novela negra ambientada en la Guerra Civil y en la posguerra y la tengo tan avanzada que quizá la tenga terminada para final de año.