Título: BAJO LA PIEL
Autora: SUSANA RODRÍGUEZ LEZAUN
Editorial: HARPER COLLINS
Trama: Una mujer desaparece tras ser perseguido su
vehículo en una carretera, aunque antes consigue poner a salvo a su hijo
pequeño, un recién nacido. Todo parece indicar que la mujer es una joven
ejecutiva, hija de una de las familias más tradicionales y de más abolengo de Navarra,
lo que dificultará, e incluso impedirá por momentos, las investigaciones
policiales.
Personajes: Marcela
Pieldelobo, joven inspectora de la Policía Nacional, con una fuerte
personalidad y una historia personal aún más fuerte, Damen, inspector de la
Policía Foral, amante ocasional de Marcela, con la que se muestra siempre
comprensivo pese a lo difícil de su carácter, Miguel Bonachera, subordinado de
Marcela, leal a ella aunque no siempre esté de acuerdo con las decisiones que
toma, Saúl Domínguez, alias La Reinona, jefe de la policía científica,
arrogante y engreído aunque buen profesional, Pablo Aguirre, importante
empresario navarro, muy bien relacionado con las autoridades civiles y religiosas
de la zona, Antón, joven de Zugarramurdi, donde Marcela posee una casa, un
tanto “border line”, pero de buen corazón, Rosa Urrutia, mujer de Pablo
Aguirre, feroz guardiana de la familia, el comisario Andreu, superior de
Marcela, más preocupado por las consecuencias políticas y sociales de la
investigación que por la investigación misma.
Aspectos
a Destacar: La disección de una sociedad
en la que la hipocresía de quienes tienen el poder económico y social se impone
frente a la propia ley y los poderes públicos, todo ello dentro de una novela
que avanza a un ritmo tan vertiginoso como apasionante, que nos conduce a
querer saber cómo acaba pero, al mismo tiempo, a desear que no se acabe.
La Frase: Su
vida estaba plagada de traspiés y descensos al infierno. Levantó el vaso y
brindó por ella misma, porque cada vez que se había hundido había sido capaz al
menos de volver a sacar la cabeza. Sucia y magullada, pero seguía adelante. Sin
embargo, el hoyo en el que acababa de meter el pie amenazaba con engullirla
para siempre, masticándola antes despacio y dolorosamente.