Título: TAMPOCO LLEGARÁS A SAMARKANDA
Autor: FERNANDO MARTÍNEZ LAÍNEZ
Editorial: LAIA
Trama: Un agente de los servicios secretos
españoles españoles recibe el encargo de acudir a Ginebra para recoger unos
documentos que un grupo de delincuentes
les ha ofrecido, al parecer, sin pedir nada a cambio, lo que no deja de ser
algo muy extraño en ese mundo. Pero cuando, tras acudir al lugar de la cita,
comprueba que los dos hombres que tenían que entregarle esos documentos
han sido asesinados y que los papeles han desaparecido, el asunto dejará de ser
extraño para pasar a ser extremadamente peligroso.
Personajes: Fabio
Aresti, miembro de los servicios secretos españoles, que trabaja como
“ejecutor”, de carácter independiente e indisciplinado, Albino Reyero, jefe de
la delegación del espionaje español en Ginebra, obsesionado por Samarkanda,
ciudad en la que vivió su padre, un comunista exiliado en la URSS, antes de
fallecer, coronel Escudero, jefe de Aresti, de carácter débil, al que
aparentemente el cargo le cae grande, general Carbonell, militar profesional
que dirige los servicios secretos, comisario Martín, policía que trabaja para
Carbonell, aunque sigue manteniendo una mentalidad más policial que de espía,
escéptico y eficaz en su trabajo, Marcos, estudiante español que está
realizando una tesis sobre Miguel Servet, que trabaja también para el general
Carbonell.
Aspectos
a Destacar: Fernando Martínez Laínez
pertenece a la primera hornada (junto a Andreu Martín, Juan Madrid y Julián
Ibáñez) de escritores que apostaron por una novela negra española completamente
autóctona en temas y personajes y que publicaron sus primeras obras en la
mítica colección “Círculo del Crimen”, de la desaparecida Editorial Sedmay,
diferenciándose de sus compañeros de generación porque en la novela negra
tradicional injertó componentes de la novela de espionaje, género que aún hoy
en día es muy poco practicado en España, con brillantes resultados. “Tampoco
llegarás a Samarkanda” es una muestra de ese mestizaje.
La
Frase: La mano que empuña una pistola,
casi nunca puede controlarse. El poder de la bestia humana sube de tono cuando
se tiene un arma, cualquier arma, pero las armas son el primer instrumento de
cualquier civilización.