miércoles, 24 de julio de 2019

FICHERO DE NOVELAS NEGRAS: 712.-ENTRE LA LLUVIA (ALBERTO PASAMONTES)

Título: ENTRE LA LLUVIA
Autor: ALBERTO PASAMONTES
Editorial: BETA III MILENIO
Trama: Una transexual que ejerce como prostituta de alto standing aparece brutalmente asesinada. Pero lo que puede aparecer a simple vista como un crimen homófobo o de un cliente “al que se le fue la mano” se complicará cuando los investigadores se den cuenta de que pueden estar por medio tanto los servicios españoles de espionaje (el CNI) como la propia OTAN.
Personajes: Goyo Barral, inspector jefe de policía, un hombre de temperamento fuerte aunque justo, que intenta hacer su trabajo lo mejor posible mientras lidia con sus problemas familiares, Salgado, subinspector de policía, más alegre y desenfadado que Barral, Carmen Alonso, subordinada también de Barral, una policía eficaz y que por lo general tiene las cosas claras, Quiroga, comisario de policía amigo y apoyo de Barral, que sabe que ya no va a ascender en su carrera porque odia los politiqueos y participar en ellos, Villaécija, alto ejecutivo de una empresa relacionada con la OTAN, frío y distante, Carlos Maldonado, socio y amigo del anterior, de carácter apacible, pero algo más nervioso, Olga Carrillo, agente del CNI, de la que desconfían Barral y su equipo.
Aspectos a Destacar: Una trama excelentemente llevada en la que a partir de un hecho trágico, pero banal --como es el asesinato de una prostituta transexual-- se diseccionan las relaciones de poder dentro de la sociedad y los intereses, no siempre claros y diáfanos, de esas altas instancias que detentan el poder, todo ello junto a la descripción de una sociedad a la que los recortes impuestos desde Bruselas van desquiciándola poco a poco.
La Frase: --La verdad, no sé dónde nos va a llevar esta puñetera crisis. --Yo tampoco. Pero me da la impresión de que hasta que no pase algo gordo, como que algún parado se líe a tiros con algún político o un banquero, esto no va a cambiar. Y además, ¿sabes qué es lo peor?: que nos tocará a nosotros detenerlo, pero lo que me apetecerá en realidad es aplaudirle.