Título: LA VERDADERA HISTORIA DE LA
NARIZ DE PINOCHO
Título original: DEN SANNA HISTORIEN OM
PINNOCCHIOS NÄSA
Autor: LEIF GW PERSSON
Editorial: GRIJALBO
Trama: El asesinato, en Estocolmo, del abogado
más prominente entre los que se dedican a defender a los más peligrosos
delincuentes e importantes mafiosos del país no es algo que entristezca a la
policía, pero no deja de ser un asesinato y hay que intentar llegar al fondo
del caso. Aunque puedan estar implicados personajes cercanos a la Casa Real. Y
aunque en medio surjan otras historias colaterales, como la aparición y
desaparición de obras de arte que tal vez estén relacionadas con el crimen y cuya
recuperación pueda suponer un sustancioso beneficio para el comisario encargado
del caso.
Personajes: Evert Bäckström,
comisario de policía que entre otras cualidades ostenta las de ser machista,
xenófobo, marrullero y moderadamente corrupto, llegado el caso, Peter Niemi,
policía de origen finlandés, miembro del grupo de investigación científica,
serio y metódico, Annika Carlsson, subordinada de Bäckström, de complexión
fuerte y lesbiana, aunque no a tiempo completo, y que le tiene cogida la medida
a su jefe, GeGurra, negociante en obras de arte de origen gitano, muy amigo de Bäckström
al que acostumbra a pagarle los favores que le hace, Mario Grimaldi, apodado
"el Padrino" por motivos obvios, pese a su edad avanzada y su apariencia
tranquila, Lisa Lamm, fiscal encargada del caso, preocupada exclusivamente por
los aspectos jurídicos del mismo, Lisa Mattei, una de las jefas de la sección
policial dedicada a la custodia de la Casa Real, extremadamente desconfiada,
sobre todo en lo que atañe a Bäckström, Rosita Anderson-Trygg, miembro del
equipo de Bäckström, más preocupada del maltrato a los animales que de los delitos
contra las personas, un auténtico dolor de muelas para Bäckström.
Aspectos a Destacar: Si en una trilogía anterior
el autor tituló a su obra "El declive del Estado del Bienestar", en
la serie dedicada a Bäckström, en la que no falta el humor, Lei GW Persson nos
muestra una Suecia cada vez más multicultural y en la que nada es lo que parece,
con unos niveles de corrupción que en ciertos casos podrían ser equiparables a
los de los denostados "países del sur".