El escritor alicantino Rafael Balanzá, con Los asesinos lentos, ha resultado ganador del Premio de Novela Café Gijón 2009 entre 539 originales presentados, según el fallo hecho público hoy.
El premio, dotado con 30.000 euros, cumple 60 años de existencia, con alguna interrupción.
El propio autor ha definido la novela ganadora como un libro en el que domina el terror psicológico.
El fallo fue anunciado en el madrileño Café Gijón por la presidenta del Jurado, Rosa Regàs, en un acto con la presencia de la alcaldesa de Gijón.
El Jurado, compuesto además por Mercedes Montmany, Marcos Giralt Torrente, Antonio Colinas y José María Guelbenzu, destacó la audacia narrativa de la obra de Balanzá (Alicante 1969), cuya trama se sustenta en una estructura muy bien construida que mantiene en vilo al lector, llevándolo a un desenlace ingenioso e inesperado.
El ganador, autor además del libro de relatos Crímenes triviales, participó en el acto tras darse a conocer el fallo del Jurado. Así, tras agradecer la concesión de este premio limpio, una leyenda urbana entre los premios literarios, Balanzá señaló que su novela está escrita a la manera de Kafka, autor que es su máxima influencia.
Toda la novela está en la primera frase, adelantó el escritor, que verá cómo se publica su obra el próximo mes de enero en la editorial Siruela.
Respecto a la audacia narrativa destacada por el Jurado, Balanzá consideró que si en algo era audaz era en imitar a Kafka.
Soy un narrador más bien clásico y no me gustan los experimentalismos, admitió Balanzá, para quien la novela es como una bala que va hacia un objetivo. La novela no me interesa si no se escribe bien, agregó.
Los asesinos lentos, que Balanzá presentó a concurso bajo el seudónimo de Hipólito Calys, es una novela negra "sui generis", en la que dos amigos, Juan Cáceres y Valle se encuentran tras varios años sin verse.
Ambientada en Las Zalvias, una ciudad ficticia (inspirada en la ciudad de Murcia donde vive el autor), Balanzá decidió titularla Los asesinos lentos, tras más de 50 intentos de título, porque en la historia hay una amenaza de muerte que se estira en el tiempo.
Balanzá, fundador de la revista 'El Kraken', quiso dedicar el premio a su padre, el periodista Rafael González Aguilar, fallecido hace diez años; a su "mentor" Manuel Moyano, uno de los mejores fabulistas y excelente narrador; a Luis Alberto de Cuenca, que apostó por mí escribiendo una reseña de mi primer libro; a Fernando Arrabal, que también me prestó atención; y al editor de su primera obra.
El premio, dotado con 30.000 euros, cumple 60 años de existencia, con alguna interrupción.
El propio autor ha definido la novela ganadora como un libro en el que domina el terror psicológico.
El fallo fue anunciado en el madrileño Café Gijón por la presidenta del Jurado, Rosa Regàs, en un acto con la presencia de la alcaldesa de Gijón.
El Jurado, compuesto además por Mercedes Montmany, Marcos Giralt Torrente, Antonio Colinas y José María Guelbenzu, destacó la audacia narrativa de la obra de Balanzá (Alicante 1969), cuya trama se sustenta en una estructura muy bien construida que mantiene en vilo al lector, llevándolo a un desenlace ingenioso e inesperado.
El ganador, autor además del libro de relatos Crímenes triviales, participó en el acto tras darse a conocer el fallo del Jurado. Así, tras agradecer la concesión de este premio limpio, una leyenda urbana entre los premios literarios, Balanzá señaló que su novela está escrita a la manera de Kafka, autor que es su máxima influencia.
Toda la novela está en la primera frase, adelantó el escritor, que verá cómo se publica su obra el próximo mes de enero en la editorial Siruela.
Respecto a la audacia narrativa destacada por el Jurado, Balanzá consideró que si en algo era audaz era en imitar a Kafka.
Soy un narrador más bien clásico y no me gustan los experimentalismos, admitió Balanzá, para quien la novela es como una bala que va hacia un objetivo. La novela no me interesa si no se escribe bien, agregó.
Los asesinos lentos, que Balanzá presentó a concurso bajo el seudónimo de Hipólito Calys, es una novela negra "sui generis", en la que dos amigos, Juan Cáceres y Valle se encuentran tras varios años sin verse.
Ambientada en Las Zalvias, una ciudad ficticia (inspirada en la ciudad de Murcia donde vive el autor), Balanzá decidió titularla Los asesinos lentos, tras más de 50 intentos de título, porque en la historia hay una amenaza de muerte que se estira en el tiempo.
Balanzá, fundador de la revista 'El Kraken', quiso dedicar el premio a su padre, el periodista Rafael González Aguilar, fallecido hace diez años; a su "mentor" Manuel Moyano, uno de los mejores fabulistas y excelente narrador; a Luis Alberto de Cuenca, que apostó por mí escribiendo una reseña de mi primer libro; a Fernando Arrabal, que también me prestó atención; y al editor de su primera obra.