Que Juan Bas es un gran escritor nadie lo pone en duda. Ni que su obra contiene unas considerables --e inteligentes-- dosis de humor negro, pero ¿se puede considerar que parte de su obra narrativa es negra? Disquisiciones académicas aparte, ya que afortunadamente el género negro ya no se circunscribe tan sólo al esquema “asesinato/detective investigador”, el hecho de ser el primer, y por el momento único, escritor vasco que ha publicado en la mítica “Série Noire” de la editorial francesa Gallimard, zanja toda discusión posible.
Tanto los datos biográficos como la sinopsis de sus novelas que mejor encajan dentro del género negro están sacadas de su propia página web, http://www.juanbas.es/Sitio_web/Bienvenida.html
BIOGRAFÍA:
Nací en Bilbao, ciudad en la que vivo habitualmente, el 19 de diciembre de 1959.
Estudié Derecho en la famosa Universidad de Deusto, la de los jesuitas, pero dejé la carrera en el último curso.
Siempre me ha gustado escribir, pasión que comparto con mi amor por el cine. Supongo que por ello me hice guionista, aunque en realidad sólo lo he sido de televisión.
Los proyectos cinematográficos en los que me he involucrado no llegaron a rodarse por variadas causas.
Mi primer trabajo profesional fue en 1981, los guiones de una loca radionovela para Radio 3 de Radio Nacional que se titulaba Los casos de La Ribera: las andanzas de un detective marginal y fumador de hachís por el Casco Viejo de Bilbao.
En 1983 hice el puñetero servicio militar obligatorio en Barcelona y después me quedé a vivir allí un tiempo. En esa época fui guionista de cómics en las revistas que entonces estaban más en boga: El Víbora, Totem y Cimoc.
También publiqué relatos en Playboy y sobre todo en Penthouse. No fueron relatos eróticos, a pesar del estilo de las revistas me dejaron escribir cuentos de género libre. En general fueron de género negro.
Entre los guiones de cómics, los relatos de las revistas y las partidas de póquer, me dio para vivir a salto de mata.
En 1986 volví a Bilbao un tanto derrotado y pasé un par de años en un oscuro puesto administrativo.
En 1989 comencé mi carrera de guionista de televisión y a vivir exclusivamente de todo esto. Coescribí y collevé la producción ejecutiva, con Juan Vázquez, de la que fue la primera comedia de situación de ETB, la televisión vasca. Se titulaba Juntos y revueltos y fue bastante mala.
En los primeros años de la década de los noventa fui guionista todoterreno de todo lo imaginable: documentales, vídeos industriales, publicidad…, incluso la biografía de una monja que iban a beatificar en Roma.
También en esos años comencé a trabajar como guionista para Madrid. He colaborado en muchas series de televisión, la mayoría olvidables. Las más emblemáticas, y que recuerdo con más cariño, fueron Farmacia de guardia, de mi querido amigo Antonio Mercero, y Turno de oficio.
Mi trabajo más personal y mejor en televisión fue una serie propia, Páginas ocultas de la historia: historias de ficción de fondo histórico contadas con técnica de documental, es decir, falsos documentales. Ideé y escribí la serie con mi querido amigo de toda la vida Fernando Marías en 1996 y fue emitida por TVE en 1999.
Tuvo mucho éxito y se convirtió en lo que se llama una serie de culto.
Precisamente esta serie supuso el arranque de mi carrera en serio como escritor de narrativa. Estaba ya un poco harto de ser sólo guionista y de participar en productos que en general no me interesaban. La evolución lógica de un guionista es pasar a ser director o escritor de narrativa.
La dirección no me interesa así que…
Fernando Marías llevaba ya un par de novelas publicadas con Ediciones Destino y el debut fue fácil. Como los argumentos de los guiones eran muy literarios, los convertimos en relatos. El libro lo publicó Destino en 1999 también con el título de Páginas ocultas de la historia.
Del resto de mis libros tenéis cumplida información en los apartados correspondientes (http://www.juanbas.es/Sitio_web/Libros.html)
Actualmente me dedico en exclusiva a la literatura y a mi labor de columnista de prensa.
Procuro no faltar ningún año a la Semana Negra de Gijón.
Estudié Derecho en la famosa Universidad de Deusto, la de los jesuitas, pero dejé la carrera en el último curso.
Siempre me ha gustado escribir, pasión que comparto con mi amor por el cine. Supongo que por ello me hice guionista, aunque en realidad sólo lo he sido de televisión.
Los proyectos cinematográficos en los que me he involucrado no llegaron a rodarse por variadas causas.
Mi primer trabajo profesional fue en 1981, los guiones de una loca radionovela para Radio 3 de Radio Nacional que se titulaba Los casos de La Ribera: las andanzas de un detective marginal y fumador de hachís por el Casco Viejo de Bilbao.
En 1983 hice el puñetero servicio militar obligatorio en Barcelona y después me quedé a vivir allí un tiempo. En esa época fui guionista de cómics en las revistas que entonces estaban más en boga: El Víbora, Totem y Cimoc.
También publiqué relatos en Playboy y sobre todo en Penthouse. No fueron relatos eróticos, a pesar del estilo de las revistas me dejaron escribir cuentos de género libre. En general fueron de género negro.
Entre los guiones de cómics, los relatos de las revistas y las partidas de póquer, me dio para vivir a salto de mata.
En 1986 volví a Bilbao un tanto derrotado y pasé un par de años en un oscuro puesto administrativo.
En 1989 comencé mi carrera de guionista de televisión y a vivir exclusivamente de todo esto. Coescribí y collevé la producción ejecutiva, con Juan Vázquez, de la que fue la primera comedia de situación de ETB, la televisión vasca. Se titulaba Juntos y revueltos y fue bastante mala.
En los primeros años de la década de los noventa fui guionista todoterreno de todo lo imaginable: documentales, vídeos industriales, publicidad…, incluso la biografía de una monja que iban a beatificar en Roma.
También en esos años comencé a trabajar como guionista para Madrid. He colaborado en muchas series de televisión, la mayoría olvidables. Las más emblemáticas, y que recuerdo con más cariño, fueron Farmacia de guardia, de mi querido amigo Antonio Mercero, y Turno de oficio.
Mi trabajo más personal y mejor en televisión fue una serie propia, Páginas ocultas de la historia: historias de ficción de fondo histórico contadas con técnica de documental, es decir, falsos documentales. Ideé y escribí la serie con mi querido amigo de toda la vida Fernando Marías en 1996 y fue emitida por TVE en 1999.
Tuvo mucho éxito y se convirtió en lo que se llama una serie de culto.
Precisamente esta serie supuso el arranque de mi carrera en serio como escritor de narrativa. Estaba ya un poco harto de ser sólo guionista y de participar en productos que en general no me interesaban. La evolución lógica de un guionista es pasar a ser director o escritor de narrativa.
La dirección no me interesa así que…
Fernando Marías llevaba ya un par de novelas publicadas con Ediciones Destino y el debut fue fácil. Como los argumentos de los guiones eran muy literarios, los convertimos en relatos. El libro lo publicó Destino en 1999 también con el título de Páginas ocultas de la historia.
Del resto de mis libros tenéis cumplida información en los apartados correspondientes (http://www.juanbas.es/Sitio_web/Libros.html)
Actualmente me dedico en exclusiva a la literatura y a mi labor de columnista de prensa.
Procuro no faltar ningún año a la Semana Negra de Gijón.
ALACRANES EN SU TINTA:
A través del hilo conductor que establece Pacho Murga, un haragán bilbaíno «más pijo y tonto que mandado hacer de encargo», asistimos a la inusual puesta en marcha de El Mapamundi de Bilbao, «el Rolls-Royce de los bares de pinchos de creación»; pero sobre todo conoceremos a su peculiar cocinero y dueño, Antón Astigarraga, un hombre con un terrible pasado.
En 1962, cuando era catador de Franco, un grupo de militantes nacionalistas vascos y miembros de una incipiente ETA lo utilizan para intentar acabar con el dictador. Muchos años después, un lujurioso jesuita que llega a ser obispo, una cantante de ópera sádica y ludópata, el entrenador del Athletic de Bilbao, el jefe de ETA militar y un importante político nacionalista serán personajes clave en la atormentada existencia de Astigarraga.
Alacranes en su tinta es un artefacto humorístico-gastronómico-erótico-criminal que trasciende del esperpéntico relato de una inexorable venganza, que se convierte en una maldición para el propio vengador, para convertirse en una historia de amistad entre dos hombres aparentemente opuestos.
Desde luego mi novela más famosa y de mayor éxito. Me siento muy honrado de que siete años después de su publicación siga viva, dándome satisfacciones y consiguiendo nuevos lectores.Y con este libro cumplí el sueño de publicar en Francia en la mítica Série Noire de Gallimard.
LA CUENTA ATRÁS:
Todos nacemos con un indeleble número secreto en la frente que marca nuestra fecha de caducidad. Un número sólo conocido por el azar o la genética y que en el instante del nacimiento comienza su inexorable cuenta atrás.La cuenta atrás es la historia de un hombre al que la ambición, el sexo, el desarraigo, la estupidez, la orfandad, el despilfarro, la obsesión, la derrota, la rapiña, la brutalidad, la decadencia, la ingratitud y la desesperación le llevaron a la ilusoria decisión de parar voluntariamente su cuenta atrás. La novela narra la vertiginosa vida de José Luis Arriola, alias Segalari, un aldeano vasco fuerte como un roble, inconsciente como la crueldad de un niño y simple como el sabor del agua; insuperable levantador de piedras y cortador de hierba con guadaña, que llegó a ser campeón de Europa de los pesos pesados y fue después pelele, bufón y despojo de sí mismo hasta perder la dignidad y la vida
VORACIDAD:
Voracidad procura ser una novela provocadora, un despiadado retrato esperpéntico y satírico del nacionalismo, de la España gobernada por la derecha, del sexo, de la televisión, del arribismo y la falta de escrúpulos, del oficio de buscavidas, de la estupidez y la locura, de la venganza, del horror e incluso del amor por Internet.Y del sistema, que se devora a sí mismo, como demuestra la crisis económica en la que estamos inmersos. Por la novela desfilan todo tipo de personajes voraces: una asociación de comedores compulsivos, el ridículo jefe de una secta religiosa, dos viejas gemelas locas que ocultan un terrible secreto, políticos reconocibles, un vampírico productor de televisión, su insoportable esposa y una larga serie de inquietantes y grotescos comparsas.Contada en primera persona por Pacho Murga, un señorito bilbaíno pijo y amoral, venido a menos (que ya protagonizó Alacranes en su tinta, con la que Voracidad comparte también tono, sentido del humor y es el segundo volumen de una Trilogía del Exceso), que relata sus andanzas por una corte de los milagros actual en compañía de un personaje rotundo, Ricardo Ares, cuyo lema es: Mi patria es mi estómago.
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