Título: ATRAPADO
Autor: JUAN INFANTE
Editorial: EREIN / Colección Cosecha Roja
nº 26
Trama: Una estudiante de Derecho de la prestigiosa Universidad de Deusto es secuestrada a plena luz del día. El asunto deja de ser
un crimen ordinario cuando los implicados se enteran de que la joven es hija de
un peligroso delincuente, jefe de una trama de tráfico de drogas asentada en el
País Vasco, por lo que decidirá no acudir a la policía para rescatar a su hija
sino a un antiguo subordinado en el que aún confía pese a que se ha retirado.
El problema para la Ertzaintza (la policía vasca) será no tanto evitar el rescate de la joven como
la subsiguiente venganza que, sin duda, se está preparando.
Personajes: Tomás Garrincha, antiguo delincuente con nombre de futbolista brasileño, retirado de su
“oficio”, que intenta llevar una vida lo más normal posible, inteligente y
decidido, Sara Cohen, inspectora de la Ertzaintza, jefa de la brigada criminal,
eficaz, concienzuda y apasionada de su trabajo, Miguel Fabretti, jefe de la
brigada antinarcóticos de la Ertzaintza, pareja sentimental de Sara, Gorostiola,
“capo” de una banda criminal asentada en el País Vasco, frío e inflexible,
aunque la edad y los acontecimientos parecen superarle, Urrutia, abogado de
Gorostiola, un auténtico profesional dedicado a sus clientes,
independientemente de cómo sean éstos, el Chino Cubano, viejo conocido de
Garrincha, con el que colabora en la investigación, perfecto conocedor de todo
lo que se mueve en el ambiente del boxeo y los gimnasios, Josu, gigantón líder
de una peña del Athletic tras la que se esconde el tráfico de sustancias
anabolizantes, Ainhoa, amante de Josu, del que está muy harta.
Aspectos a Destacar: La habilidad del autor
para tejer una historia en la que todo está medido, de la mano de un
exdelincuente que, sin embargo y pese a su antiguo oficio, despierta las simpatías
del lector y reclama tener un sitio de honor en la actual novela negra vasca y
española.
La Frase: Cuando miraba hacia atrás aún
sentía escalofríos del riesgo permanente en que había estado inmerso. Con la
justicia había salido bien parado y en los últimos diez años, los más
fructíferos y brillantes, no pisé comisaría, juzgado o prisión alguna. Los
distintos cuerpos policiales me conocían de sobra y sabían a qué me dedicaba,
pero a pesar de las ganas que me tenían no pudieron pillarme. El tiempo corría
a mi favor y pensaba que al final me dejarían en paz. Por eso no quería
pringarme con este secuestro.