Mikel Rodríguez ensayó en Sacamantecas y otros relatos vascos
de terror un cruce entre el género fantástico –muy particularmente tal
y como lo entendió H. P. Lovecraft– y la tradición vasca más truculenta
y esotérica.
Aquel experimento, que se
saldó con notable éxito, tiene continuidad en los ocho relatos que constituyen
el presente volumen, entre los que se encuentran, además de Caperucita,
que le da título, otros como La reina de Navarra debe morir, En
el viejo internado de Lekaroz o Cartas marcadas.
El autor se sirve de su
condición de historiador para ambientar sus tramas con absoluta verosimilitud
en el tiempo y en el espacio, ya sea en
el siglo V, durante una incursión de los suevos en el valle de Baztan; en el XVI, en la refinada corte navarra de Pau o en la cubierta de la legendaria carabela San Lesmes rumbo al Pacífico; en la Nueva Orleans de piel negra del XIX o en la Guinea colonial de las primeras décadas del XX.
el siglo V, durante una incursión de los suevos en el valle de Baztan; en el XVI, en la refinada corte navarra de Pau o en la cubierta de la legendaria carabela San Lesmes rumbo al Pacífico; en la Nueva Orleans de piel negra del XIX o en la Guinea colonial de las primeras décadas del XX.
Asimismo, los relatos están
transitados por personajes históricos, tales como la reina Juana de Navarra, la
guerrillera Martina Ibaibarriaga, el escritor Joannes Leizarraga, el espía
Sebastián de Arbizu, el corsario Jean Lafitte o el explorador Manuel Iradier.
Rodríguez vuelve a aportar con este volumen un apreciable caudal, fresco y
renovador, a una corriente literaria, la del género fantástico y de terror,
que, aunque quizá no aflore con excesiva frecuencia, fluye desde lo más
profundo de la tradición y la historia vascas.