Dicen que hay que luchar por los sueños. Es
un mal consejo. Más que nada porque los sueños suelen provenir de la mente, y
la mente no es de fiar. Te puedes pasar años peleando por algo que tu mente se
ha inventado. Cosas de lo más ridículo. Como ser astronauta o escritor, como
que alguien te quiera, como saltar seis metros con una pértiga o como esperar
que alguien lea esta sinopsis hasta el final. El pensamiento es el único
problema. Y si uno no es consciente de eso, está condenado a vivir sin
enterarse de nada, y a ir por ahí de capitán general, como si gobernara sus
actos, como si fuera capaz de tomar una sola decisión libre. Está condenado a
convertirse en uno de los personajes de estos relatos: sonámbulos girando sobre
sí mismos, bobos intransigentes, risibles sonados, intérpretes universales de
las distintas formas de la soledad. Las Aversiones son versiones
descontentas y maliciosas de historias que todo el mundo conoce y representa
una y otra vez. Son la crónica de un monumental descontento.
Aunque como escritor de género negro pueda parecer que sea ése el tema principal, un blog es una miscelánea en la que según los días y las ganas hablaré de aquello que me parezca interesante, lo que no significa que vaya a interesaros a los demás, pero como se dice en la famosa película "Con faldas y a lo loco", nadie es perfecto. NI INOCENTE.
jueves, 28 de mayo de 2015
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