lunes, 7 de octubre de 2013

EL ÚLTIMO VIAJE DEL OMPHALOS (WILLY URIBE)

Cuando ante la tragedia el sentido del deber del héroe se impone a cualquier otra consideración, incluso superior al valor de la vida humana, el resultado siempre es el desastre ético de ese héroe.
«Un barco es una isla. Un barco anclado frente a una isla es un archipiélago y un barco abandonado a su suerte una ratonera.» Así se inicia la nueva trepidante novela de Willy Uribe, El último viaje del Omphalos.
El Omphalos es un buque mercante que ha quedado varado frente a las Islas Bijagos de Guinea Bissau. Corre el año de 1986 y lo que queda de tripulación lleva seis meses soportando una situación que se está convirtiendo en insostenible. El barco, acusado de entrada ilegal y contrabando, no cuenta con el permiso para levantar el ancla. Su tripulación embarcó en Rotterdam con destino a Ciudad del Cabo, pero sobrepasadas las islas de Cabo Verde, a la altura de Guinea Bissau, el barco sufrió una avería y quedó varado frente a la costa.
La naviera conseguirá que los oficiales y algunos marineros, todos ellos británicos, puedan abandonar el barco. A bordo sólo quedarán cinco españoles, a la espera de que las autoridades los saquen de esa ratonera: Ramón Ríos, que destaca por su cobardía; Walter García, del que sabemos que cumplió condena en Portugal por un atraco a mano armada, el desaparecido Roberto Nozales, el engrasador Julio Llanos, asesinado antes de iniciarse la acción de la novela por un oficial guineano, además de Jaime Torres, el jefe de máquinas, el protagonista de la novela, con un pasado que nadie conoce a ciencia cierta, y que, siguiendo un antiguo código de honor marinero, decide quedarse a bordo mientras tenga una tripulación a su cargo.
Pasados esos seis meses, Federico Báscones de Ojeda, un joven abogado español enviado por su bufete, llega al barco con la idea de repatriar a sus compatriotas. Sin embargo, los marineros, curtidos en mil y una tempestades, saben que la ingenuidad del abogado no les salvará de las garras de las autoridades africanas, que sólo esperan la ocasión de hacerse con el barco para desguazarlo y deshacerse del resto de la tripulación. El abogado pasará a formar parte de los rehenes y verá cómo su ingenuidad y sus buenas intenciones son arrasadas por una espiral de estulticia y violencia. La tripulación es una fiera enjaulada y Jaime Torres hará todo lo posible por salvar el pellejo, a pesar de tener la tripulación a su cargo, si hace falta pactando con el mismo diablo. Ese pacto es el único que le permitirá salvar la vida.
El último viaje del Omphalos viene a ser una descarnada actualización del clásico El buque-faro de Siegfried Lenz, mucho más feroz y desesperanzada, pues sin duda alguna, los tiempos han cambiado. Willy Uribe sigue ahondando en la descripción de esos seres humanos desesperados a la búsqueda de una salida, aunque son conscientes de que ésta no existe, traspasando las fronteras de la novela negra para escribir literatura con mayúsculas.

Willy Uribe, cuya obra está siendo publicada en francés por el prestigioso sello Rivages, ha recibido grandes elogios de la crítica.

De él se dice que escribe con «mano maestra» Isabel Coixet (El Periódico). Que sus historias son «violentas y opresivas a lo Patricia Highsmith» Fernando Savater (El País). Que «merece la pena recomendarle.» Àlex Martín Escribá (Le Monde Diplomatique en español)