Título: VÍAS MUERTAS
Autora: SUSANA LÓPEZ
Editorial: SEPHA
Trama: En un pueblo de la provincia de Segovia
aparecen muertas, por tiros de escopeta, dos mujeres que acaban de bajarse del
tren. Nada las une, salvo que son del mismo pueblo, la mujer mayor atendió a la
menor en su nacimiento aunque luego no volvieron a coincidir en ningún momento
y ambas tienen apellidos de origen vasco. Un inspector de policía que acaba de
aterrizar desde Euskadi, de donde salió por sufrir un atentado, tendrá que
bregar con un caso en el que, aparentemente, no hay ninguna pista y las pocas que hay
parece que no pueden seguirse para no contrariar a su jefe.
Personajes: Argimiro Pérez, inspector de
policía, separado, sociólogo e hijo de un dirigente sindical de izquierdas,
eficaz en su trabajo e impetuoso cuando desea que un caso avance, el comisario
Gámez, pelota con los superiores y despótico con sus inferiores, un hombre
acomodaticio que sólo desea estar a bien con las "fuerzas vivas" de
la provincia, Don Manolo, párroco del pueblo en el que aparecen asesinadas las
dos mujeres, demasiado guapo para ser sacerdote, sobre todo cuando el voto de
castidad empieza a ser insoportable, Reme, sobrina del comisario e impuesta por
éste, como becaria, a sus agentes, mujer de carácter agrio y convencida de
tener una inteligencia superior a la del reto de los mortales, García y
Fuentes, agentes al servicio de Argimiro Pérez, leales a éste, el primero un
hombre desastrado pero eficaz, el segundo un joven de buen corazón, preocupado sobre
todo por cumplir con su trabajo al servicio de los ciudadanos, Begoña Echevarría,
hermana de una de las mujeres asesinadas, exmonja que se retiró del convento
para cuidar a su cuñado cuando su hermana le abandonó.
Aspectos a Destacar: Susana López saca a sus
personajes del habitual entorno urbano en el que se desarrolla la novela negra,
para llevarlos a un apacible pueblo de la España rural, que describe con mano
firme en sus virtudes y defectos, con cierto aire, salvando las distancias de
época, a las novelas de García Pavón, precursor del género policial en España,
y con una historia que pese a su atipicidad y aparente sencillez es capaz de
enganchar al lector.
La Frase: Cuando terminó la reunión, el inspector
pensó si no hubiera sido mejor quedarse en Bilbao: allí, al menos, le trataban
con respeto, tanto sus jefes y compañeros como todos aquellos que no podían
verlo ni en pintura. Unos le temían, otros le despreciaban y algunos le odiaban
y deseaban verle muerto, pero ninguno se hubiera atrevido a tratarle como el
comisario. Sin duda, los policías del País Vasco las pasaban canutas por el
riesgo elevado de su trabajo y si muchos les consideraban "perros", y
de hecho así los llamaban cuando les gritaban "Txakurrak", era porque en la mente de quienes insultaban se
asociaba la figura de los agentes a la imagen de un can de presa, fuerte,
agresivo y temido, y no al caniche en el que su jefe le acababa de transmutar.