Tercera entrega de Abasolo y de su detective Goiko y
no me refiero a aquel gran central del Athletic a cuyo paso no crecía la
hierba, para nada, aunque existan ciertas similitudes pues la acción se
desarrolla en Bilbao.
Tengo que dar la enhorabuena a escritores como Abasolo
y a otros de aquellas tierras, que por fin se han decidido a novelar parte de
lo ocurrido en el País Vasco en tiempos no muy lejanos, un paisaje que ofrece
una multitud de oportunidades literarias sin parangón y que puede, de hecho
esta novela es un ejemplo, dar lugar a personajes de indudable interés no sólo
para la novela policíaca, que también, sino para cualquier tipo de ficción.
La novela arranca con un asesinato de un antiguo miembro de
ETA y que tiene como víctima colateral a un íntimo amigo de Mikel Goikoetxea,
un ertzaina que ya aparecía en las anteriores novelas de la serie. A partir de
ahí una investigación sobre esos sucesos y una trama perfectamente entretejida,
más aún de lo habitual pues se mezclan las historias de varios implicados,
entre ellos el propio miembro de ETA asesinado, Koldo Ferreira, y varios
policías que tuvieron actuaciones, de todo tipo, en los años de plomo y cuyas
historias se entrelazan en la novela.
La obra tiene esa aura que dan las buenas narraciones, que
ya nos introducen en materia desde la primera página y que nos llevan, de la
mano a un territorio negrísimo y vivísimo, repleto de personajes y hechos
interesantes, dando la impresión de esa épica de las calles y, lo que es mucho
mejor, transmitiéndonosla. La narrativa de Abasolo ayuda a ello y más aún ya
que se ha depurado desde la última novela suya que leí, La luz muerta,
se ha perfilado algo más los personajes, se les ha pulido en ciertos aspectos y
se ha dado el paso, fundamental, de hablar de cosas y de hechos que estaban ahí
y que parecía como que existiera una nube negra sobre ellos y que no es otra
cosa que el terrorismo y los policías que se enfrentaron a él de muy diferente
modo y signo. Personajes como Pareja, se merecen una serie completa y creo que
ahí existe un nicho de ficción muy importante, que está pidiendo a gritos que
se explote.
El mundo policial de Abasolo es un mundo reglado,
institucional, más propio de comisarías y academias que de vivencias en la
calle, lo cual tiene mucho atractivo pero personalmente le animaría a
profundizar en ambientes sórdidos de la capital vizcaína, ahí tiene que haber
mucha materia por tratar y el personaje principal evolucionaría a ser aún más
carnal y más poderoso. La trama está perfectamente estructurada, sirviéndonos
en dosis limitadas la información para que nuestro interés no decaiga, aunque
se aprecia que la novela tenía un mayor recorrido pues el final es un tanto
precipitado o al menos me lo parece a mí.
Me sorprende que varios comentarios de personas de mi
entorno que desconocían la elaboración en nuestro país de novela policíaca,
apenas un par de nombres que parecen acotar o cubrir todo, pero lo cierto es
que esos nombres sólo son una pequeña parte del total. Abasolo es uno de
esos escritores que demuestran la calidad de nuestra narrativa de género y que
se podría pasear por cualquier parte del mundo sin ningún menoscabo, es más,
mucho de lo que se publica aquí no llega ni a la mitad de la calidad de lo
ofrecido por el bilbaíno.
Animaría a leer a José Javier Abasolo, es un escritor
potente que escribe cosas interesantes y que nos muestra que existe otro mundo
más allá de los nórdicos blandengues o los repetitivos anglosajones con sus
pérfidos asesinos en serie. Existe Bilbao, existen tramas negras, policías que
ejercen de tal, drogas, muerte y armas y existe una imaginación muy potente que
nos anima un par de tardes de buena lectura.
(Sergio Torrijos, "La República Cultural" http://www.larepublicacultural.es/article7298.html)