viernes, 27 de marzo de 2015

FICHERO DE NOVELAS NEGRAS: 509.-IRA DEI. EL CÍRCULO PLATÓNICO (MARIANO GAMBÍN)

Título: IRA DEI. EL CÍRCULO PLATÓNICO
Autor: MARIANO GAMBÍN
Editorial: ROCA
Trama: En vísperas de la inauguración de una exposición de arte religioso en la catedral de La Laguna, en Tenerife, el nuncio papal en España, que era el encargado de inaugurarla, es secuestrado. El rescate que piden por él no sólo es exorbitante, sino que en caso de no pagarse en un breve espacio de tiempo, el nuncio morirá, al no renovarse el aire del cubículo en el que está encerrado. Pero curiosamente, como si quisiera demostrar su ingenio, el jefe de los secuestradores envía un críptico poema en latín a un importante personaje de la ciudad, en el que supuestamente se encuentran las claves para encontrarlo.
Personajes: Luis Ariosto, antiguo funcionario jubilado gracias a su fortuna familiar, amante del arte y de la historia y hombre inquieto e intelectualmente ágil, Marta Herrero, arqueóloga que ha colaborado en algunas ocasiones con la policía, Sandra Clavijo, joven y decidida periodista, amiga de Ariosto, con el que colaboró en un caso anterior sobre el que están escribiendo un libro conjuntamente, y que es elegida por el secuestrador para pedir el rescate, Antonio Galán, inspector de policía, amante ocasional de Marta Herrero, inquieto y abierto de mente, Olegario, chófer de Ariosto, que atesora cualidades insospechadas, lo que hace suponer que anteriormente tuvo una vida muy diferente, Adela Cambreleng, tía de Ariosto, anciana con los pies bien anclados en tierra, pese a sus aficiones esotéricas, Pedro Hernández, bibliotecario amigo de Ariosto y con grandes contactos entre el clero y las cofradías tinerfeñas, lo que le será muy útil en la investigación.
Aspectos a Destacar: Gambín convierte a La Laguna, mediante su ingenio como escritor y utilizando los materiales históricos que tiene a mano, en el escenario de una intriga que aunque pueda parecer que roza lo esotérico es tremendamente lógica y que no decae en ningún momento, mientras de su camino paseamos de noche prácticamente por toda la ciudad.

La Frase: Miró su reloj. Quedaba media hora escasa para que uno de sus hombres renovara la provisión de aire del viejo obispo. Sería la última. Contaba con que sus colegas del Vaticano, o quien fuese, cooperaran pagando su rescate. Sería lo mejor para todos. Esperaba que las autoridades locales no fueran tan lentas y vacilantes como las florentinas, que dieron el aviso a la policía demasiado tarde. Por eso debía asegurarse de que alguien competente y ajeno a los poderes públicos estuviera en la investigación, aunque fuera de un modo paralelo.