Se nos acumula la faena. Dentro de muy poco, en un par de semanas los premios de la Semana Negra de Gijon, pero nos piden los de Brigada 21, una asociación que trata de difundir el género negrocriminal que difundamos los cinco finalistas de las distintas categorías, por que la semana que viene harán públicos los ganadores. Pueden verlos pulsando aquí, en el blog de Negra y Criminal
Tiempo para leer. Pueden aparcar el libro que estén leyendo y echar una leída al nuevo número de .38, puntual cada inicio de trimestre como un buen y eficaz asesino a sueldo. Relatos, reseñas de cine, libros y cómics, siempre negrocriminales, chivatazos, matarratos, una selección amplia de novedades, y entrevistas con Erlantz Gamboa, el ganador del Premio L´H Confidencial, con la inquietante Caminos cruzados, y Christian von Ditfurth, el creador de Josef Stachelman. Aqui pueden encontrar el número 10 y los números anteriores http://www.punto38.es/
Y recuerden que aún hay tiempo para apuntarse al Curso “La creación de un personaje en la novela negra”, que se celebrará entre el 12 y el 16 de Julio, en San Lorenzo de El Escorial, patrocinado por la Fundación José Manuel Lara. Y no es nada caro. Compruébenlo en www.ucm.es/cursosverano. Vale la pena. Tardarán tiempo en verlos a todos juntos de nuevo.
Nuestra recomendación de hoy es la última novela del siempre original y sugerente José Carlos Somoza. El cebo, que publica Plaza & Janes. Madrid. Un brutal atentado terrorista. Un futuro desolador. El Espectador, el mayor y más salvaje homicida de todos los tiempos, anda suelto. La policía va en su búsqueda. Los métodos policiales han cambiado. La tecnología no funciona. Tiene que buscar dentro, en la mente, en los deseos del asesino. Para ello utilizan cebos, expertos en conductas humanas, entrenados para conocer las filias de los delincuentes y manipularlas a través de máscaras. Diana Blanco es la mejor, la más preparada, la única que puede atrapar al Espectador. Cuando la protagonista descubra que su hermana ha sido secuestrada por el asesino, iniciará una carrera contrarreloj para salvarla que la conducirá a la guarida del monstruo. A partir de este momento se desencadena un trepidante juego de sospechas que llevará a la protagonista a un sorprendente final lleno de acción y erotismo.
Después de leerla, Shakespeare y sus obras, tienen otra música .Y no se parece a nada de lo que hayan leído antes. Una advertencia, si van a uno de esos lugares homogeneizados que sólo saben mirar en el ordenador, que nos les den ninguna de las novelas homónimas de Juan Madrid, Tomás García Yebra o Dorothy Uhnak. Recuerden: El cebo del inimitable José Carlos Somoza.