Título: EL TERCER HOMBRE
Título original: THE THIRD MAN
Autor: GRAHAM GREENE
Editorial: PLANETA
Trama: Un mediocre escritor británico de novelas del
Oeste acude a la Viena de postguerra, aún ocupada por los ejércitos aliados, al
ser llamado por un antiguo amigo de la infancia. Pero cuando llega están dando
tierra a su amigo, que ha fallecido como consecuencia de un fortuito accidente
de tráfico. Sin dinero y sin saber qué hacer en una ciudad desconocida para él,
empieza a indagar sobre la vida en ella de su amigo, lo que le hace pensar que
en su muerte podría haber cosas raras. Sobre todo cuando el jefe de la policía
británica destinada en Viena empieza a interesarse por él.
Personajes: Rollo
Martins, treintañero escritor de novelas baratas, ingenuo y sentimental, que
cree por encima de todo en la amistad, Kurtz, ciudadano austríaco residente en
la parte de la ciudad controlada por los rusos, lo que le hace ser
excesivamente cauto y desconfiado, Cooler, norteamericano destinado en Viena,
afable y abierto, Anna Schmidt, amante del amigo de Rollo, refugiada húngara
que no espera mucho de la vida, coronel Calloway, jefe de Scotland Yard
destinado en Viena, Crabbin, agitador cultural al servicio del British Council,
agobiado ante la llegada de Martins, Harry Lime, el fallecido amigo de la
infancia de Martins, al que éste siempre admiró por su carácter decidido.
Aspectos
a Destacar: Graham Greene creó esta
novela tras ser contratado para hacer el guion de la gran película dirigida por
Carol Reed e interpretada por Orson Welles y Joseph Cotten, entre otras
estrellas del momento, ya que, como él mismo explicó, le era imposible elaborar
un guión sin escribir antes un relato. Pero pese a ser una “obra de encargo”,
escribió una gran novela a la altura de la excelente película que se filmó
partiendo de su guión y del cnjunto de su obra literaria.
La
Frase: El tráfico ilegal comenzó a
organizarse: los tipos importantes se dieron cuenta de que allí había mucho
dinero, y aunque el ladrón original sacaba un botín menor, a cambio recibía una
cierta seguridad. Si le ocurría algo le cubrían. La naturaleza humana tiene
también retorcidas razones que el corazón ignora. Los tipos sin importancia
tenían la conciencia más tranquila porque trabajaban para un empresario; a sus
propios ojos eran casi respetables como cualquier asalariado; formaban parte de
un grupo y si alguien era culpable lo eran sus jefes. Una banda de delincuentes
funciona como un partido totalitario.