jueves, 6 de octubre de 2016

FICHERO DE NOVELAS NEGRAS: 585.-EL ATAQUE MARSHALL (JOSÉ RAMÓN GÓMEZ CABEZAS)



Título: EL ATAQUE MARSHALL
Autor: JOSÉ RAMÓN GÓMEZ CABEZAS
Editorial: SERIAL EDICIONES
Trama: En su obsesión por capturar a un pequeño delincuente, un agente de policía destinado en Barcelona intentará manipular a tres jóvenes procedentes de Ciudad Real que intentan buscarse una vida mejor lejos del pueblo y, sin darse cuenta, acabaránn metidos de lleno en una sórdida historia que tiene su prólogo en los últimos días del III Reich. Estamos en plenos años 50 y los leales al Régimen de Franco (policías, políticos y potentados) campan a sus anchas.
Personajes: Martín Sagaseta, joven policía que tuvo que trasladarse de Madrid a Barcelona para intentar olvidar un oscuro hecho de cuando se iniciaba en la policía, Pastor, veterano policía compañero de Sagaseta, por el que siente cierto aprecio, un tanto escéptico y descreído aunque sin cuestionar en ningún momento la situación en la que vive el país y en la que él está inmerso, Póveda, otro compañero de Sagaseta, el reverso de Pastor, violento y corrupto, Platas, obeso anticuario de ideología falangista, si bien es de los que usan la política para su medro personal, Juan, Teodoro y Alfonso, jóvenes manchegos, los dos primeros hermanos, que intentan buscarse la vida en Barcelona, el primero más reflexivo y taciturno, marcado por un encontronazo que tuvo hace años con la policía, su hermano Teodoro más ingenuo y siempre a su sombra y Alfonso, el tercero, más descarado y “echao p’alante”, Eva, madre soltera que trabaja como prostituta, con la que hace amistad Sagaseta.
Aspectos a Destacar: La descripción de una época sombría de España, dominada sobre todo por el miedo, en la que se ubica una excelente historia negra en la que todos sus personajes están marcados por su pasado / El tristemente fallecido Francisco González Ledesma, que fue considerado jefe de la “manada negra española”, hace en esta novela un corto pero simpático cameo.
La Frase: No te avergüences de tener miedo. Salvo los locos, todos lo tienen, pero sin ideales no se puede vivir. Hizo una pausa que a Martín le pareció un siglo. En los tiempos en que aún no habían preñao a la Moños, yo no levantaría un palmo del suelo, ya estaba de barricada en barricada partiéndoles la crisma, con una de éstas, a tiarrones como tú que se creían muy hombres pa disolvernos a la mínima orden de sus jefes. Sin convicción no se puede ir por la vida. Eso te convierte en un mierda.