He vuelto hoy a Bilbao de
Pamplona-Iruñea, la capital de Viejo Reyno de Navarra (sí, ese reino que en el
año 1940 estaba gobernado por el rey Teobaldo IV, como cuento en mi última
novela Una decisión peligrosa) tras participar en las primeras
jornadas de "Pamplona Negra", que se han organizado en el Baluarte
bajo la dirección de Carlos Bassas.
Los festivales de novela
negra, aparte de dar a conocer a los autores y las tendencias en el género que
hay en los momentos actuales, sirven también para que autores y lectores
interactúen como se dice ahora, o se conozcan y puedan hablar entre ellos, como
se ha dicho toda la vida.
En ese sentido, mi experiencia
ha sido inmejorable. No puedo opinar sobre los actos de los tres primeros días,
ya que no estuve, pero conociendo el programa tuvo que ser algo estupendo. Y me
imagino que quienes asistieron al taller impartido por Juan Ramón Biedma
tuvieron que quedar encantados.
El jueves, moderados por el
propio Carlos Bassas, Alejandro Pedregosa, Jon Arretxe, Carlos
Erice y yo hablamos sobre el estado del género en Euskal Herria. Mis espías
en el Baluarte (como buen aficionado al género conozco la importancia de los
espías) me informaron de que los asistentes se lo pasaron muy bien. Y no me
mentían ya que todos lo notamos, y el extenso turno de preguntas, en el que la
gente participó con ganas, así lo demostró.
El viernes fue Alejandro
Pedregosa quien intentó moderar a gente tan inmoderable como Alexis
Ravelo, Víctor del Árbol, Leo Coyote, Paco "No Somos Ná"
Gómez Escribano y Santiago Álvarez. Como dicen los clásicos, con
gran éxito de crítica y público. Quizás nos falló un poco Leo Coyote, no
por sus novelas ni por lo que dijo, sino por no ponerse la txapela que nada más
llegar a Iruñea se compró debido al frío. El bueno de Leo se la compró roja,
como los antiguos carlistas navarros de pro, pero alguien debió avisarle de esa
coincidencia y no se la puso en la charla, con el colorido y toque autóctono
que podría haberle dado. Un abrazo, Leo, y no te enfades por esta pequeña
"maldad".
Volví a ver a viejos
conocidos como Ricardo Bosque, Marta, la bloguera excepcional de
"Leer Sin Prisa" o Sergio Vera y la peña conquense de
"Las Casas Ahorcadas". Además tengo que reconocer que como uno, a
pesar de ser de Bilbao, no es omnipotente ni omnisciente (aunque los bilbainos estamos
en ello y antes o después lo conseguiremos) no conozco a todo el mundo y
gracias al festival tuve el placer de conocer en persona a Carlos Bassas
y Carlos Erice, a los que ya conocía a través del Facebook, a Santiago
Álvarez, Alejandro Pedregosa y Maribel Medina (a la que pido
disculpas por no haberla reconocido cuando me la presentaron) y volver a ver a Aitor
Iragi Eraul, autor de A las 10 en el diez, y que nos preparó en la
Peña Anaitasuna un excelente marmitako. Esto último lo digo para dar envidia a
quienes no pudieron asistir.
Acudió también, y pude
conocerle en persona, Fernando García, el autor irundarra de Tres
nudos/Hiru korapilo, que tuvo el buen gusto, al igual que Elena
Torres, de traer mi último libro, Una decisión peligrosa, para
que se los firmara, lo que hice con gusto y acabó por inflar mi ya extenso ego.
Por cierto, Irún, debe ser últimamente cantera de buenos autores de género
negro, ya que también acudió Noelia Lorenzo Pino que tuvo el detalle de
regalarme --y dedicarme-- su primera novela, Chamusquina.
En la cena final el ambiente
fue estupendo y tuve la suerte de estar sentado al lado de Patxi Irurzun,
al que tampoco conocía en persona, pero que me pareció un tipo estupendo. Y
también a Karlos Mil Untiro, el hermano de Paco Gómez Escribano.
Pensaba que conociendo al hermano mayor estaría preparado para lidiar con el
menor, pero Karlos (y perdona el comentario, Paco) da sopas con onda a su
hermano.
No puedo dejar de mencionar la "embarcada" en la que nos metió Javier Manzano, de la revista "Fiat Lux ", cuando nos pidió a Jon Arretxe y a mí: que nos entrevistáramos mutuamente. Pobre Jon, ¡qué mal lo pasó! Y es que él no es del mismo Bilbao, como yo, sino de las cercanías, de Basauri más concretamente, y aunque se le ha pegado algo, pues no es lo mismo...
Como cuando uno empieza a
mencionar a toda la gente estupenda que ha conocido siempre se olvida a
alguien, iba a acabar sin mencionar a Michel Gaztambide, uno de los
mejores guionistas del cine español ni a Txema Iriberri, que pese a que
tenía que volver al trabajo enseguida se acercó a charlar con nosotros o a Yolanda
Rodríguez, que próximamente va a publicar una novela que espero leer con
interés. Y sin me olvido de alguno, perdonadme, no es desprecio sino mala
memoria y peor cabeza.
Resumiendo, que fue un todo éxito
y espero volver. si no como invitado, que hay muchos buenos autores que este
año no han podido acudir y se merecen un lugar en las jornadas, al menos como público.
Eso, seguro.
Eskerrik asko guztioti/Muchas
gracias a todos.