viernes, 10 de diciembre de 2010

EL SILENCIO DE LAS HAYAS (MIKEL ALVIRA)

En estos tiempos en que la “memoria histórica”, entendiendo como tal el reconocimiento debido a quienes por motivo de la Guerra Civil y su subsiguiente represión sufrieron muerte, cárcel y todo tipo de vejaciones, está en boca de todos, en ocasiones para estériles y absurdas polémicas debido a haberse situado en el centro de la lucha política, quizás convenga olvidarnos por unos instantes de ponencias parlamentarias, leyes y reglamentos y posturas partidistas y reconvertir la memoria histórica en memoria literaria. Una buena opción, por ejemplo, sería leer El silencio de las hayas, de Mikel Alvira.
Quizás mis anteriores palabras hayan podido llevar a alguno a la confusión, si es así le pido mil perdones, y para evitar que siga instalado en la confusión especificaré que El silencio de las hayas es, por encima de todo, literatura. El silencio de las hayas es, por encima de todo, una novela, una muy buena novela, de ésas que cuando acabamos la última página y cerramos el libro lo hacemos con pena, porque hubiéramos deseado poder estar en su compañía un rato más, unos días o semanas más.
Mikel Alvira nos lleva al norte de Navarra, prácticamente junto a la frontera francesa, y nos muestra la vida de una familia, los propietarios del caserío Sorogibel (aunque sería más propio decir que ellos son propiedad del caserío), en un espacio de tiempo que va del año 1900 al 1960. Así podemos conocer a Mieltxo, un contrabandista que está a punto de ir a prisión el día de su boda, y Cataline, la auténtica matriarca de la familia, a sus hijos Miguel, Esteban y Catalina, a Frutos, trabajador y pluriempleado incansable, cuyo único objetivo en la vida es mantener a su familia, a guardias civiles de todo tipo, desde los integrados en el pueblo y protectores de sus habitantes a quienes creen que están en territorio conquistado, a policías duros y chulos que, sin embargo, guardan en su corazón un espacio para que habiten amores puros e imposibles, a socialistas revolucionarios, a homosexuales de izquierdas y, en fin, a gente de todo tipo y condición, sobre todo supervivientes, básicamente supervivientes.
Alvira nos describe unos años duros, marcados tanto por la incipiente entrada de España en la modernidad, como por el posterior quebranto de esa esperanza de modernización y progreso por culpa de una cruenta guerra y una dura represión. Años difíciles para todos, sobre todo para los perdedores, pero en los que a pesar de ello siempre hay un resquicio para la esperanza. Y con ello nos muestra lo que era aquella época mucho mejor que varios tomos repletos de erudición dedicados a la memoria histórica. Porque, y con esto cerramos el círculo, El silencio de las hayas es memoria histórica de la buena, de esa que no juzga, que no dice éstos eran los buenos y éstos eran los malos, sencillamente nos describe, con ternura no exenta de pasión, pero al mismo tiempo con la objetividad de un entomólogo, cómo fueron aquellos años y cómo se vivieron.
Y todo ello en una novela que, independientemente de otras lecturas, nos hace disfrutar. Si además pensamos un poco sobre lo que hemos leído y nos animamos a releerlo, mucho mejor, pero lo más importante es que, cuando lleguemos a su última página, seremos conscientes de haber participado del gozo de leer una buena novela. Lo que no es poco, ni mucho menos.

GUERRA EN LA FOZ (IGNACIO ALLI TURRILLAS)

Artículo publicado el 10 de diciembre de 2010 en el periódico Diario de Navarra. Redactor: Jesús Rubio.

Ignacio Alli Turrillas retoma las aventuras de Félix de Ezperun, un pastor de esa pequeña localidad del valle de Elorz que se convierte en guerrillero durante la Guerra de la Independencia. Lo hace en Guerra en la foz, la segunda parte de la trilogía Lobos del norte, que inició hace casi exactamente un año con Félix de Ezperun, un guerrillero del norte.
El autor, hijo del ex presidente del Gobierno Juan Cruz Alli, presentó ayer el libro en Civican, donde le acompañaron Manuel Ortuño, experto en la figura del guerrillero Xavier Mina, y Germán Ulzurrun, periodista de Diario de Navarray también buen conocedor de la Guerra de la Independencia. Mañana Ignacio Alli, vecino del valle de Elorz de 33 años, casado y sin hijos, presentará la novela en Burgui. El Roncal es donde se traslada Félix en esta obra, donde se va involucrando en la guerra después de que el señor de Ezperun le obligara a hacer un trabajo que le desagrada.


Como en la primera novela de la saga hay elementos históricos: el señor de Ezperun, el guerrillero Xabier Mina o su tío Espoz y Mina, con quienes se enrola el protagonista de la historia, o las luchas en las que participa. Las batallas son reales, pero entre medio Félix tiene esa vida, esas aventuras, que dan emoción al libro. Además, de alguna manera Félix de Ezperun encarna a muchos que, como él, pasaron de ser agricultores o pastores a pelear en la guerra. En la Navarra media y de montaña fueron muchos quienes debieron dejar su vida cotidiana y lanzarse a la acción. Y no fue plato de buen gusto para ellos, dice Alli. La mayoría lo hizo por pura miseria. Son gentes, con unos medios de subsistencia limitados, que se encuentran con un sistema impositivo nuevo, más exigente, que les quita lo último que tenían. Alli, no obstante, también matiza que entre esos guerrilleros hubo también idealistas, patriotas, defensores de lo religioso y también villanos que buscan el pillaje.
En todo caso, el autor de Lobos del norte no tiene duda en indicar que la Guerra de la Independencia machacó la economía de los pueblos y las familias. No salen cosechas, porque gran parte de la mano de obra está guerreando. Además, todas las raciones que toman guerrilleros, soldados, sean de carne, vino, pan... ¿de dónde salen? Del pequeño productor. Iba el francés a los pueblos y pedía contribución, iba la División Navarra y también pedía, como lo hacía también el Ejército Regular o el inglés. Las poblaciones tienen que soportar una gran presión. ¿Cómo sobreviven? Escondiendo las cosas en el monte, haciendo depósitos de víveres.
Ignacio Alli ha editado 250 ejemplares de esta novela, que se venderán a 15 euros en librerías del centro de Pamplona. Y ya está preparando la tercera parte. Esa tardará algo más, señala. Será, en principio, la que cierre la trilogía. Se corre el peligro de convertir esto en una saga interminable. La época da mucho de sí. Porque podría mandar a Félix a América, a seguir los pasos de Xavier Mina, hacerle apoyar el absolutismo o convertirse en liberal, enlazarlo con las guerras carlistas...

FICHERO DE NOVELAS NEGRAS: 256.-UN MISTERIO TALLA XXL (SUE ANN JAFFARIAN)

Título: UN MISTERIO TALLA XXL
Título original: TOO BIG TO MISS
Autora: SUE ANN JAFFARIAN
Editorial: LA FACTORÍA DE IDEAS
Trama: Sophie London, animadora y líder de un grupo que reivindica los derechos de las mujeres de talla grande, se suicida en directo en una página web de contenido erótico. Ésa será tan sólo a primera sorpresa que su amiga Odelia, que desconocía la existencia de esa página, se llevará. Decidida tanto a saber por qué se suicidó su amiga como a descubrir su auténtica personalidad iniciará una investigación que la pondrá en auténtico peligro.
Personajes: Odelia Grey, mujer de mediana edad, insegura por su talla, pero tenaz y decidida a averiguar la verdad, su amiga Zee, casada con Seth, abogado, un punto de sentido común y apoyo en la vida de Odelia, Irish Sommer, vecina de la mujer suicidada, entrometida y con un punto de locura, Greg Stevens, amigo y admirador de la muerte, que tampoco acaba de creerse que el suicidio no esconda algo más, Peter Olsen, ex marido de Sophie y su mujer, Marcia, que mantenía contacto con Sophie sin que lo supiera su marido, que había dicho a todo el mundo que había fallecido, John Hollowell, importante y rico ejecutivo, atraído por las mujeres obesas, a las que utiliza despiadadamente.
Aspectos a Destacar: Primera novela de una serie protagonizada por un personaje peculiar, Odelia Grey, cuya característica principal es su talla extrema, lo que de algún modo la convierte en una persona marginada en una sociedad que, por encima de todo, valora la imagen.
La Frase: Sophie London no tenía mucha familia, si es que tenía alguna. Yo solía envidiar su soledad y su independencia filial. La vida de Sophie parecía más fácil, menos complicada y frustrante que la mía. Pero claro, yo nunca había pensado en volarme los sesos, y mucho menos en intentarlo.