Título: DULCE
COMO LA HIEL DE TUS LABIOS
Autor: FRANCISCO PEREGIL
Editorial: PLAZA & JANÉS
Trama: Un policía que lleva mucho tiempo de baja es
requerido por sus jefes para que vuelva al trabajo, ya que debe investigar el
secuestro del hijo de quien fue su mejor amigo y compañero en la policía. No
será, por tanto, una investigación rutinaria, ya que le afectará personalmente
y aún más cuando quien parezca estar en peligro sea su propio hijo.
Personajes: Augusto
Rejano, más conocido como Maqueijan, inspector de policía que lleva bastante
tiempo de baja obsesionado con sus problemas personales y familiares, Lorena, novia
o exnovia del hijo de Maqueijan, rebelde y demasiado madura para su edad, El
Manco, viejo compañero y amigo de Maqueijan, poseedor de una inmensa fortuna
que no se explica con su salario de antiguo policía, Fidel, hijo de Maqueijan,
que ha estado metido en problemas de drogas, Carlos, sacerdote y amigo de
Maqueijan de los tiempos en que eran unos jóvenes marginales, que sigue igual
de expeditivo que en aquellos tiempos, Miguel, profesor del hijo de Maqueijan,
excesivamente escéptico con que su trabajo, en general, sirva para algo, El
Lector, enigmático y desconocido personaje que se comunica con Maqueijan a
través del correo electrónico y parece estar al tanto de todos los paso que da
en la investigación.
Aspectos
a Destacar: La desesperanza del personaje
--y por extensión de la sociedad que describe-- que se extiende por toda la
novela, en la que parece que lo más importante no sea el desenlace (que
obviamente lo es, como en cualquier novela del género) sino el camino que ha
conducido hasta ese concreto y preciso desenlace.
La Frase: He
visto a demasiados padres rezar por la muerte de su hijo yonqui, rogar que lo
internen en cualquier cárcel porque les pega y les roba, suplicar que se lo
lleven a donde sea, demasiadas derrotas como para creer en amnistías.