SINOPSIS:
Un sacerdote, que en su juventud estuvo relacionado con la organización terrorista ETA, desaparece en compañía de una hermosa mujer tras apoderarse de una importante suma de dinero de su congregación. Para evitar el escándalo se encargará del caso otro religioso que, antes de ordenarse había sido policía. La trama se complica aún más cuando una mujer es asesinada y otra desaparece inexplicablemente. A partir de ese momento se inicia una investigación paralela en la que se entremezclan policías de todos los pelajes con proxenetas sin escrúpulos y miembros de la Brigada Antiterrorista. Todo conduce a un desenlace sorprendente que valida la frase: "Las cosas nunca son lo que parecen".
La novela ha sido también publicada en Italia, con el título de “Nessuno è innocente” (Robin edizioni, 2002) y en Francia con el título de “Nul n’est inocente” (L’Atalante, 2000).
CRÍTICAS:
ABC (Lola Beccaria)
Cada individuo se forja una interpretación de la moral diferente a la del resto, sin duda irrepetible y única; y no parece hipérbole afirmar que sumadas las que hubo y las que habrá a las que actualmente existen, hay infinitas morales, una por cada habitante del planeta. Teniendo a su disposición una ética a la carta, o personalizada --por emplear un término al uso--, la novela puede desplegar sus velas libremente Y, escogiendo aquí y allá, construir sus personajes a placer, desde las posibilidades ilimitadas del todo vale. Cada personaje tiene sus razones, sus móviles, su honor y su derrota, su punto de canalla y su grandeza, su exquisitez y grosería, todo a la par, cada sujeto se embarranca en la ciénaga de su propia e intransferible podredumbre al tiempo que se recrea en las excelsas viandas de su singular idiosincrasia. El arte de sostener sobre cabales cimientos tal amalgama; y el escritor se vuelve, en este circo, acróbata de dosificaciones y medidas.
La novela negra camina por tal alambre desde su nacimiento. Pero esta vocación de mover hilos y dar puntadas transgresoras a los estereotipos de la moral oficial ha ido alambicando los procesos de tal forma que elaborar un código de honor llamativo es harto más complejo que hace unas décadas. Por lo que a esto respecta. José Javier Abasolo se ha puesto a prueba con fortuna en su obra Nadie es inocente, novela negrísima, donde dos personajes, cada cual más peculiar y original que el otro, se disputan el protagonismo de sus páginas. Dos curas, para más señas, y en el seno del País Vasco. Uno es un idealista y el otro un desalmado, pero no tan sencillo.
Las vidas de ambos seres aparentemente tan opuestos se van entrelazando capítulo a capítulo, y conforme avanzan cronológicamente ellos van experimentando, cada uno a su manera, esa metamorfosis del alma que, en plena lucha con el fruto real y cotidiano, sustituye la quimera por el resentimiento, la utopía por la sangre. El padre Gajate es un trágico que cubre sus heridas o las abre en canal a cada instante, introducido en un bucle terrorífico donde actuar o no actuar es la cuestión, y esta cuestión es siempre deletérea: ninguna opción, a la postre, es la correcta, honesta, exacta.
El padre Vázquez, de profesión arribista, viene de vuelta de ese mismo bucle, que solventó en su adolescencia, acallándolo con ferocidad y amputando de paso todos sus escrúpulos. Vázquez es un antiguo policía del franquismo, torturador y asesino, que se ha metido cura. Con esas credenciales, sin embargo, se va ganando el pulso de la novela, dejando desnudo a su alter ego, mientras le va robando buena parte de sus atributos de héroe. Gracias a la fuerza, al azar, a la astucia y al instinto, su abyecta persona se reviste de ese halo de inmoralidad, de esas capacidades sobrenaturales que la existencia y la literatura conceden graciosamente y tan solo a los seres heroicos. Y éste es uno de los mayores logros de la novela.
La trama de Nadie es inocente es buena sin duda, aliciente de rigor en este género, ajustada y amena. La prosa es rápida, elegante y certera. Dos voces, que corresponden a las peripecias de cada uno de los curas, integran el texto: el contraste de dichas voces marca la deriva de ambos, su infancia, su historia entera, tortuosas y descarnadas sendas que confluyen en un operístico final. La realidad social que plantea Abasolo en esta novela, que tras un matizado visillo pinta cuidadosos paisajes de denuncia, resulta ser más un elemento portador de fundamentales detalles de conducta, realismo y actualidad, que un mero catálogo de agravios sociales.
De entre el numeroso elenco de personajes, variopintos comparsas de la acción, en Nadie es inocente se levantan inmensas, cual dos cipreses altivos en un camposanto de muertos vivientes, las dos figuras eclesiásticas de singular peso específico, a las que Abasolo hace crecer sobre tierra abonada con una portentosa combinación de psicología, sentimiento, estilo y ritmo, demostrando de nuevo, que quinientas páginas todavía pueden saber a poco.
LIBERTY (Blog de Enrique Bienzobas)
José Javier Abasolo es un novelista de Euskal Herria que no huye de la realidad. Antes de Nadie es inocente había publicado Lejos de aquel instante, que fue finalista en el Hammett en 1997. A la comentada le siguió Una investigación ficticia, Hollywood-Bilbao, El color de los muertos y Antes de que todo se derrumbe, que fue premio de Narrativa García Pavón y El aniversario de la independencia. Colabora en La Gangsterera y es comentarista de novelas negras en la radio.
Sobre Nadie es inocente, esto es lo que sentí al leerla: Una complicada historia en la que convergen varias vidas en una trama única, la trama de nuestra propia vida, de nuestro país. La vida de un ex policía, Emilio Vázquez, metido a cura. Torturador, manipulador, perseguidor, violador, asesino, en fin, la encarnación del mal. La vida de un buen hombre, Ander Gajate, metido a cura. Hijo de un gudari durante aquella trágica guerra y revolución española de 1936-39, un idealista con verdaderos problemas de conciencia. La historia de una prostituta, Maria Luisa Prieto Gómez. Mentirosa y egoísta y de la que no se debe decir nada más para no quebrar la maya de esa magnífica trama. La vida del coronel Garrido, hijo de un alto miembro del régimen franquista. Manipulador, alucinado, asesino y, muy a su pesar, homosexual, que sabe mantenerse en los entresijos del poder con el régimen fascista y durante la transición a la democracia. Y muchas más.
Muchas más vidas en una historia que se encarga de recordamos nuestro más reciente pasado. Prostitutas ensoñadoras esperando a un príncipe azul que no llega pero, si lo hace, es el mismo mal en lugar de príncipe. Idealistas estudiantiles luchando contra el régimen fascista y planteándose los medios para esa lucha y, a veces, llegando a conclusiones militaristas. Terroristas sembrando la muerte con un grito de dolor que desgarra sus propias vidas en un acto de entrega cercano al misticismo. En esta historia entramos todos, los comprometidos con algún objetivo o, simplemente, los comprometidos con una vida que había que inventarse.
Es la historia de nuestra conciencia, es un dedo acusador, es, en fin, la novela que a más de uno nos hubiera gustado escribir. Gracias, José Javier Abasolo por haberlo hecho tú.
Una novela que más bien es una reflexión sobre la actualidad, o, por lo menos, nos ayuda a entenderla. Aunque sea de forma contundente, sin mojigaterías, así nos lo dan a entender de forma muy pesimista, sin salida, por un lado, los antiguos miembros del poder: los golpes que hemos dado, y los que hemos recibido, nos han marcado para siempre y los otros, en una oposición que quizá ya no es tan mística: se equivoca si cree que hablo de historias antiguas, para nosotros todo esto (...) sigue estando vivo, dolorosamente vivo, para, al final (no de la novela) alguien, y da igual quién sea, nos diga claramente, dentro de un lenguaje propio del fanatismo, para alguien dedicado a una causa se trata de vencer, no de convencer. Es decir, una historia que no ha sabido cicatrizar sus heridas. Y ahí volvemos a estar todos como moscas cojoneras revoloteando por las heridas. ¿Qué podemos hacer cuando hay un pasaje tan hermoso, tan lírico, tan místico, tan ... como cuando Ander Gajate se pega con aquel compañero del colegio que había dicho que su padre era un delincuente porque estaba en la cárcel? No transcribo aquí el texto porque sería quizá demasiado largo (Págs. 72-73), uno de los más hermosos de la novela.
La construcción de la historia es muy inteligente. Narrador en segunda persona, algo así como la conciencia acusadora. Narrador en primera persona, para irnos situando en la vida de Vázquez y poder ir entendiendo algunas de las claves. Y, por fin, narrador omnisciente que nos va presentando los hechos sabiamente suministrados, alternándose según las necesidades de la narración. Y, en todos los casos, con apropiadas marchas atrás y continuos regresos al presente. El lenguaje, a mi modo de ver, muy trabajado. Directo sin gazmoñerías. Que llama a las cosas por su nombre y no huye de nada. Culto y soez, lírico y épico, directo y escabroso,... siempre puesto en su lugar.
MAUVAIS GENRES
Jean-Marc Laherrere: "La croix et I'épée, avait coutume de répéter mon pere. La Milice et l'Église, les deux phares qui éclairent la route de l'Espagnol, du patriote, toujours unies, main dans la main".
Le père Gajate disparaît avec 100 millions de pesettes appartenant au collage catholique de Bilbao. C'est le père Emilio Vazquez, ancien policier franquiste qui est entré dans les ordres comme on fait pénitence qui est chargé de l'enquete par ses supérieurs. Tres vite il s'aperçoit qu'il est manipulé. Mais par qui? Et pourquoi?
L'enquete, racontée alternativement du point de vue de chaque pretre est entrecoupée de souvenirs de leurs parcours individuels, l'un vers la pretrise pour échapper a la violence, l'autre s'enfonçant sans remords dans l'ignominie de son boulot de flic franquiste, nous
entraîne, de coup de théatre en coup de théatre, vers la surprise fínale.
Le roman noir catalan existe depuis quelques années, le roman noir basque fait son apparition en France. Apres l'excellent l'arbre de Guernica de J. de Blas qui s'interrogeais sur la réalité basque actuelle, Nul n'est innocent a travers de l'histoire de deux hommes, dissèque l'histoire tragique du Pays Basque sous Franco, et la violence qui en est la conséquence inévitable. A rapprocher de Los símbolos du catalan Ledesma qui lui aussi dresse un bilan-du franquisme, et de ses conséquences.
Claude Mesplède: Ancien avocat natif de Bilbao, José Javier Abasolo a déja signé trois romans noirs. Le second. Nul n’est innocent, récemment traduit révele un écrivain passionnant qui, un peu a la façon de Francisco González Ledesma, raconte de grands pans du passé de ses personnages pour tenter d'interpeller l' histoire présente de son pays. Le récit se déroule a Bilbao, au coeur du Pays Basque. Le prétre Ander Gajate, enseignant dans le college catholique de la ville, disparaît après avoir encaissé en compagnie d'une jeune femme, un cheque au porteur de cent millions de pesetes destiné a sa congrégation. Pour éviter le scandale, les responsables religieux confíent I'enquête au père Emilio Vásquez, un individu au passé trouble qui fut policier avant son ordination. A partir de cette intrigue construite comme un habile jeu de pistes entre l'enqueteur et le couple qu'il tente de retrouver, le romancier fournit quelques réfiexions sur la violence qui déchire depuis de longues années le Pays Basque.
REVISTA DIGITAL LA GANSTERERA
Yberra, terminé de leer la novela de J. J. Abasolo en el tren al puerto... Tenías razón, me gustó mucho, haciéndome recordar que años atrás conocí a un personaje a quien traté de tío (con cariño), que trabajó como modesto amanuense de mi padre. Un refugiado español, vasco y republicano, que desembarcó del Winnipeg en los muelles vetustos del viejo Valparaíso... Fue de él que escuché por primera vez la expresión "perraje", leída después en las novelas de Salgari. "Yo llegué en la cubierta, me decía, con el perraje. En los camarotes venían los intelectuales y los poseedores de un carné al día del Partido Comunista."
Supongo, ya que se trata de una edición de 1998, que esta notable novela no tuvo gran difusión fuera de España y probablemente la editorial o incluso el autor mismo pensaron que trataba temas que sólo podían interesar o conmover a los lectores españoles. Sin embargo, para un lector sudamericano, o más específicamente, chileno, Nadie es inocente posee un indudable interés...
De Yberra a Mauro: Te lo dije, Mauro. El libro tiene que ver con los vascos, los cuales en este país, tú sabes... Por algo adquirimos una "aristocracia castellano-vasca" (los que llegaron acá con una mano por delante y otra por detrás para vender calcetines y peinetas, según Neruda) y los apellidos importantes nuestros son los de los encomenderos y terratenientes de la colonia, aunque también del período republicano: Errázuriz, Larraín, Irarrázaval, Ariztía, Echeverría y otros por el estilo...
De Mauro a Yberra: Cierto. Constato en primer lugar que hay un curioso paralelo entre nuestra sociedad de la mitad del siglo veinte y la de la España de Franco, que pretendió la restauración de la sociedad conservadora tradicional: son similares la influencia de la iglesia católica, los colegios confesionales, las clases sociales estratificadas e impermeables, los conceptos de pecado y culpa, la pudibundez en materia sexual, etc.
Existe además una gran coincidencia entre la terrible tragedia española, su guerra civil, y el proceso chileno de la Unidad Popular y posterior golpe de estado castrense. Nuestro país, como varios otros de Latinoamérica, vivió también un proceso de restauración de la sociedad conservadora, en reacción al experimento progresista; restauración que se impuso a sangre y fuego, y que en Chile, al menos, significó seis años de "toque de queda", como que lo tuvimos que soportar...
De Yberra a Mauro: El modelo era la España de Franco, por supuesto...
De Mauro a Yberra:Afirmativo. Me doy cuenta, además, socio, que el Chile en que hoy estamos viviendo, post Pinochet, tiene su antecedente en la España post Franco, que dejó todo atado y bien atado... Todo esto parece bastante obvio, me podrá decir alguien: todas las dictaduras se parecen, los gobiernos militares son igualmente zafios en cualquier lugar del mundo; pero el caso es que en Chile (al revés de Argentina), no hemos logrado desarrollar una novelística negra que incorpore esta gran tragedia, mas allá de un simple decorado o telón de fondo (como lo hemos hecho nosotros mismos, ¿no?). Hay algunas novelas "del exilio", pero no recuerdo ninguna en la que la represión a todo nivel esté ahí, instalada, como en Nadie es inocente y por eso tal vez la leí con tanta atención.
Comentario aparte merece la visión que aporta Abasolo del problema vasco, que al menos para mí, y creo que para muchos chilenos, es ajeno y lejano. Gracias a la novela, ahora entiendo el empeño del gobierno de Aznar en adjudicar rápidamente la tragedia de Atocha a la "banda terrorista ETA."
Nadie es inocente se lee con gran facilidad, especialmente su primera mitad. Prosa rica y rápida. Tenías razón, es como si nos estuviera contando parte de nuestra vida en el Colegio Rafael Arcángel, ¿verdad? Aunque el "enigma" en sí no es lo que más le interesa al autor, está bien logrado y es convincente. Mucho mejor desarrollado en todo caso, es el ambiente que narra, especialmente durante la dictadura.
De Yberra a Mauro: Todo en Nadie es inocente tiene una lógica y el azar hace su juego, como en la tragedia griega. El resultado es una estremecedora y negra comedia humana...
De Mauro a Yberra: Otrosí. Tú sabes lo mucho que me gusta la presencia de la ciudad en la novela negra. Es inherente al género su carácter urbano y no dan la mismo Nueva York, Santiago de Chile, Buenos Aires o Bilbao. Y en este caso echo de menos mayor presencia de Bilbao, la urbe en sí misma y lo que la hace única y diferente de otras (arquitectura, calles, personajes urbanos, olores, clima, etc.)...
De Yberra a Mauro: Puedo estar de acuerdo con lo de la ciudad, dan ganas de saber más. Abasolo queda en deuda, o tal vez deberíamos leer otros de sus libros... Los conseguiremos. De Mauro a Yberra:
Finalmente una anécdota, Yberra, para tu ilustración. Recordarás que uno de los personajes protagónicos de Nadie es inocente es el padre Vásquez, sacerdote, ex policía y torturador de los tiempos de Franco, que se arrepiente y recibe la protección de la iglesia católica. Un cabrón colosal, escalofriante.
Pues resulta que también tenemos uno... La historia de Chile consigna la vida de Alberto Rencoret Donoso, quien fuera Arzobispo de Puerto Montt entre los años 1958 y 1970. Antes de ordenarse sacerdote, Rencoret perteneció a la Dirección de Investigaciones, la policía civil chilena, y debió renunciar a ella siendo Prefecto de Valparaíso, acusado por la opinión pública de estar involucrado en la desaparición y muerte de varios militantes comunistas durante el gobierno de Arturo Alessandri Palma. Demostrada su culpabilidad, alcanza a estar preso, pero es liberado tras una amnistía general que otorga Alessandri por presiones de las Fuerzas Armadas. Posteriormente, Rencoret Donoso es el principal sospechoso del llamado "crimen de Mesa Bell", un periodista que fue asesinado aquí en el puerto cuando investigaba precisamente la mencionada desaparición de los militantes comunistas... Sospechas que nuestro hombre disipa ingresando al Seminario Pontificio, ordenándose sacerdote en 1939 y haciendo una rápida carrera eclesiástica hasta el purpurado. Alberto Rencoret, Arzobispo Emérito de Puerto Montt, falleció el año 1978, dicen que en leve olor de santidad.
Mauro Yberra/Bartolomé Leal
L’OURS POLAR
Lorsque dans le confessionnal, le jeune prêtre Ander Gajate entend une femme lui dire « je vais tuer un homme et vous allez m'aider », il a du mal à y croire. Pourtant, ça ne l'empêche pas de partir avec l'inconnue. Au passage, il rafle un chèque au porteur de cent millions de pesetas, qui était un don destiné au collège catholique de Bilbao où il professait. C'est l'émoi dans la congrégation. Par souci de discrétion, elle décide de faire appel aux talents père Emilio Vázquez. Il faut dire que l'ancien policier franquiste, au passé plus qu'ignoble connaît bien le métier. Et, même s'il a endossé la soutane pour trouver le calme, il se lance sur les traces de Gajate.
Nul n'est innocent est un superbe portrait sur le Pays Basque. Au travers de deux parcours diamétralement opposés, J-J. Abasolo met en évidence les déchirures qu'a connu ce parcours et offre un livre noir qui donne à réfléchir sur la condition des séparatistes sous le franquisme.
PELOTE BASQUE
Emilio Vázquez doit mourir. Prêtre? Policier? Le sait-il lui-même? Et le père Ander Gajate, militant de la cause basque, doit-il mourir aussi? Ou bien doit-il tuer? Et qui? Et pourquoi? Mais qui tire donc les ficelles de cet étrange ballet de marionnettes? Il semble que tout soit parti d'une vieille histoire d'adolescents en herbe, à l'aube du franquisme. Le destin des uns et des autres va basculer quarante ans plus tard, à l'époque où le franquisme dépérissant continuait à garrotter comme au bon vieux temps. Un polar haletant, qui nous montre un aspect surprenant du catholicisme basque et des problèmes de conscience posés aux prêtres par la cause séparatiste et le recours à la violence. Ce roman à plusieurs voix, d'une grande densité, où chaque personnage raconte sa propre histoire, se lit pourtant avec facilité. Bien mêlée au départ, la pelote finit par se dérouler entièrement au fil des pages, sans aucune invraisemblance (c'est rare!). Le dénouement, inattendu, laisse le lecteur pantois et avide de lire le prochain roman d'Abasolo...