miércoles, 16 de diciembre de 2015

FICHERO DE NOVELAS NEGRAS: 547.-EL SECRETO DE LA MODELO EXTRAVIADA (EDUARDO MENDOZA)



Título: EL SECRETO DE LA MODELO EXTRAVIADA
Autor: EDUARDO MENDOZA
Editorial: SEIX BARRAL
Trama: Cuando dos policías sacan al loco, aunque quizás no tanto, protagonista de la novela para que encuentre el perro perdido de una dama de la alta sociedad barcelonesa, el improvisado detective no se imagina que se va a ver envuelto en el asesinato de una modelo del que, además, va as er el principal sospechoso, lo que le obligará a agudizar su ingenio para descubrir qué ha ocurrido en realidad y, de ese modo, conseguir exculparse.
Personajes: El detective loco, personaje de varias de las novelas de Mendoza, un delincuente recluido en un manicomio que, sin embargo, en muchas ocasiones se muestra más lúcido que quienes están fuera, el comisario Flores, policía de la vieja escuela, partidario del “garrotazo y tentetieso”, que acostumbra a manipular al loco siempre que le interesa o no sabe por dónde tirar en una investigación, Asmarats, subordinado de Flores que, a su pesar, suele llevarle la contraria, la señorita Westinghouse, exguardia civil metido a travesti, en cierto modo inocente y de buen corazón, que piensa que el futuro está en aprender inglés, Cándida, hermana del protagonista, una prostituta sin suerte porque su escaso atractivo físico no le porporciona muchos clientes y que, aunque reniegue de su hermano, casi siempre acaba ayudándole, Mikel Larramendi, cocinero vecino de la mujer asesinada, que tuvo una época mejor que la presente, El butanero, llamado así por ser de Buthan, compañero de trabajo de Larramendi y que acostumbra a relacionarse con la gente por medio de insultos, Llewelyn de París, gerente de una agencia de modelos cuya obsesión es que nadie piense que es gay, Cecilia, propietaria de un restaurante de cocina riojana en declive (el restaurante, no la cocina riojana), que se siente extrañamente atraída por el protagonista.
Aspectos a Destacar: A través del humor y de una parodia que nos saca más de una sonrisa e incluso más de una carcajada, el autor se burla también, aunque en cierto modo con una mirada más compasiva que ácida, de la sociedad actual y de aquella que, en los años 80, fue su preludio, gobernada por un desarrollismo a ultranza y un esfuerzo por mantener las apariencias.
La Frase: Se fueron los niños y yo me quedé pensando que si el destino hubiera dispuesto que todos los factores decisivos de mi existencia hubieran sido radicalmente opuestos a los que habían sido; que si en vez de nacer varón, en un barrio violento y en el seno de una familia de delincuentes y de no recibir más educación que las duras lecciones de la calle y la cárcel, hubiera nacido mujer, en una familia ejemplar y en un barrio rico, y hubiera recibido una exquisita formación en un internado suizo, en aquel preciso momento estaría en el mismo sitio y con la misma ropa.