Título: TE ENCONTRARÉ EN LA OSCURIDAD
Título
original: FIND YOU IN THE DARK
Autor: NATHAN RIPLEY
Editorial: SIRUELA
Colección: SIRUELA POLICÍACA
Trama: Martin Rees tiene una “afición” muy peculiar. Investigar
(y desenterrarlos, llegado el caso) dónde se encuentran los cadáveres que han
ido ocultando a lo largo de su carrera criminal diversos asesinos en serie y
que no han podido ser encontrados. Aunque él se considera una persona
altruista, que intenta mitigar, de ese modo, el dolor de los familiares y
allegados de las víctimas, una escéptica agente de policía intentará
localizarlo, porque no se fía de ese aparente altruismo y cree que puede estar
a punto de dar el paso de empezar a matar también él. Aunque lo peor de todo es
que no solo le busca la policía.
Personajes: Martin
Reese, exitoso empresario ya retirado, que vive apaciblemente de las rentas con
su esposa y su hija, dedicado a su inconfesable “hobby”, Sandra Whittal, tenaz
y apasionada policía, que no se cree que el hombre que se dedica a localizar
los cadáveres sea tan altruista como pretende, Chris Gabriel, compañero y
amante esporádico de Sandra, aunque contempla con escepticismo sus teorías
sobre el “buscador de cadáveres”, Ellen, mujer de Martin, que sigue angustiada
por la desaparición (y posible asesinato) hace veinte años de su hermana, Kylie,
hija adolescente de Martin y Ellen, muy espabilada para su edad, Frank Connell,
“el Trapos”, un enigmático comerciante que parece conocer lo que está
ocurriendo, Keith Waring, un policía corrupto que proporciona a Martin Reese, previo
pago, los datos que necesita para encontrar los cadáveres.
Aspectos
a Destacar: La habilidad del autor para
darle la vuelta al tema clásico del “serial killer” ya que el protagonista no
es un asesino en serie obsesionado por matar sino un hombre obsesionado, al
contrario, por descubrir dónde han escondido los más famosos “serial killers” a
sus víctimas, aumentándose la intriga por la posibilidad de que, como sospecha
la policía encargada del caso, quiera dar el siguiente paso, quiera saber qué
se siente matando, creándose una tensión que va in crescendo durante toda
la novela.
La Frase: Lo que yo busco, sin
embargo, es lo corriente, algo tan insignificante y nimio que consigue esquivar
todos los oídos y todos los ojos que examinan el fichero, hasta que el autor
lleva tanto tiempo en la cárcel que deja de ser un caso para convertirse en un
recuerdo y la víctima tampoco le preocupa ya a la policía. Así, la chica, el
cadáver que sigue metido en la tierra, es poco más que una fotografía borrosa
de la que ya no se acuerda casi nadie.