Título: QUE EN VEZ DE INFIERNO
ENCUENTRES GLORIA
Autor: LORENZO LUNAR
Editorial: ZOELA
Trama: Cundo, un viejo borrachuzo
apreciado por todos en el barrio, aparece brualmente asesinado en su domicilio
de un barrio de la ciudad cubana de Santa Clara. Un policía que ha nacido y
vive en el barrio y que conoció desde joven al hombre asesinado se hará cargo
de la investigación, pese a que oficialmente no le corresponde, una
investigación con claros y sombras ya que se encontrará, por una parte, con el
respeto y afecto que a él se le tiene como persona nacida e integrada en el
barrio y, por otra, con el recelo que origina su propia condición de policía.
Personajes: Leo Martín, Jefe del Sector de Policía del barrio, en el
que nació y creció, antiguo combatiente en Angola, El Puchy, amigo de toda la
vida de Leo y fiel a él, aunque diferenciando lo personal de lo
profesional-policial, César, compañero y amigo de Leo, “oficialmente” encargado
de la investigación, pese a desconocer la idiosincrasia del barrio, Blanquita, antigua
prostituta amiga de Leo, que pese a no haber cumplido aún los 40 años se
encuentra avejentada y bordeando la locura, pese a que de joven fue extremadamente
vital y generosa, Rosa Mari, hija adolescente de Blanquita, que sigue sus pasos
aunque sin la vitalidad y generosidad que tuvo su madre, Pepe la Vaca, viejo
amigo de Leo, alcohólico desde que fue también combatiente en Angola, Chago el
Buey, zapatero del barrio que al parecer controla toda clase de negocios
ilícitos en el mismo, El Rey del Brillo, limpiabotas alcohólico, amigo del
muerto..
Aspectos a Destacar: Lorenzo Lunar nos enseña,
en esta novela, una Cuba que seguramente no fue la que vio en su visita el
presidente Obama, pero que es una Cuba real, con sus miserias, problemas y
esperanzas y con su gente que, pese a las condiciones adversas, sale adelante y
sobrevive como puede, sin perder jamás las ganas de vivir.
La Frase: Vivir en este barrio le ronca
los cojones. Uno nace, crece y echa la vida en este barrio para, cada día que
pasa, quedar más convencido de que vivir en este barrio le ronca los cojones.
El barrio es un monstruo, como dice mi socio El Puchy. El barrio te machuca, te
trajina, te educa, te empuja, te arrastra, te levanta, te tira en el suelo y te
pisotea. El barrio te hace un hombre o un traste. Y uno no tiene más remedio
que levantar las manos y dejar que el barrio haga su trabajo.