lunes, 4 de junio de 2012

RUIDO DE TAMBORES (JOSÉ MONTERO MUÑOZ)


LA NOVELA: Un inspector de policía brutal, un psicópata guiado por su antropoide. Un relato de obsesiones en las que dos vidas se entrecruzan y finalmente colisionan. Carlos Riso, profesor universitario y psicópata en su tiempo libre, con un único deseo: asesinar mujeres. Juan Vaguera, inspector de policía, arraigado en los métodos de la antigua escuela. Encuentra en Riso a su presa perfecta. A partir de ese momento, sus vidas se convierten en una continua y salvaje persecución haciendo que ambos necesiten de la presencia del otro.
Escrita con un estilo directo y contundente, en Ruido de tambores se van alternando, capítulo tras capítulo, las voces del psicópata y del policía, lo que da como resultado un curioso juego literario en el que los hechos son relatados desde dos puntos de vista diferentes. De esta forma se completa, desde todos los ángulos, una crónica apresurada y rabiosa de un descenso a los infiernos.

EL AUTOR POR ÉL MISMO: José Montero Muñoz (Alicante, 1973). Debuto en el mundo literario en el 2005 con el cuento Dualidad en el libro colectivo Cosecha Negra (Agua Clara editorial). Y en el 2007 aporto algo de mi oficio con el relato negro Algo negro pasa en Alicante, homenaje particular a William Shakespeare, al Taller de los cuentos oscuros (Editorial Club Universitario). En el 2007 La Gansterera publica mi relato Matadero, y en el 2011, la revista CALIBRE 38, especializada en el género negro, publica dos de mis cuentos: Último día y Judías con queso azul. En este mismo año me concedieron el diploma y publicación en el Premio Historias de Hospital organizado a través del portal Club Córdoba Jove con el cuento La habitación y fui finalista en el I Concurso Sueños de Opio organizado por Valentía Autores, con el cuento La casa.
En estos momentos estoy preparando el libro de relatos: Los casos del inspector Vaguera, la segunda parte de Ruido de tambores, Efecto lunar, terminando la novela: Segurata y ultimando mi primera novela juvenil: La Búsqueda.

SÁBADOS NEGROS: UN JAMÓN CALIBRE 45 (CARLOS SALEM)


FICHERO DE NOVELAS NEGRAS: 362.-PASAIA BLUES (HARKAITZ CANO)


Título: PASAIA BLUES
Título original: PASAIA BLUES
Autor: HARKAITZ CANO
Editorial: TTARTTALO
Trama: En Pasaia, villa portuaria guipuzcoana, un comando etarra se refugia en un piso a la espera de realizar un atentado. Al mismo tiempo la policía inicia su búsqueda, tanto por medios convencionales como a través de un "fisonomista" cuya especialidad es reconocer a las personas por más que vayan disfrazadas La doble espera, por una parte la de los terroristas que presienten que antes o después van a ser localizados, como la de los policías, que buscan con impaciencia ese momento, hará aflorar los nervios de todos los implicados.
Personajes: César Telleria, policía especializado en "localizar" objetivos gracias a su capacidad para reconocer a las personas pese a que vayan disfrazadas, lo que le obliga a viajar por ciudades diversas y le origina una sensación de no tener auténticas raíces, Marta, miembro del comando, decidida y autoritaria, que no cuestiona en ningún momento lo que hace, Olatz, compañera de Marta, que entró en la organización a causa del encarcelamiento de su hermano, más débil y dubitativa que su compañera, Roberto Goaza, comisario de policía de métodos expeditivos, aficionado al boxeo y las peleas de perros, Alain Etchecolatz, ayudante de Goaza, frío y sibilino, que no simpatiza con "el fisonomista", Potemkin, un tercer miembro del comando, enviado por la dirección con posterioridad a que Marta y Olatz se instalaran en la localidad, amante del blues y de la tristeza que conlleva esa clase de música.
Aspectos a Destacar: El ambiente asfixiante, casi claustrofóbico, de una villa portuaria en declive, en la que se entrecruzan lealtades extrañas y traiciones recíprocas tanto entre perseguidos como entre perseguidores, difuminándose finalmente esa línea como si todos, terroristas y policías, no fueran más que los peones de un desconocido tablero de ajedrez que manejan manos lejanas y desconocidas tanto para unos como para otros
La Frase: Los aledaños de la bahía de Pasajes evocan la boca de un anciano desdentado: paredes melladas, cables pelados, herramientas inservibles, puertas maltrechas, ventanas que faltan y cristaleras rotas que a duras penas se mantienen en pie. Saltos irregulares entre muros despanzurrados y muros intactos, cubiertos de hollines y graffitis de diverso cuño: amor, política, desahogo. Lo de siempre y cuanto antes, apremia una de las pintadas. ¿La más resignada? ¿La más lúcida?