sábado, 12 de octubre de 2013

FICHERO DE NOVELAS NEGRAS: 446.-BLUE CHRISTMAS (JOSÉ LUIS CORREA)

Título: BLUE CHRISTMAS
Autor: JOSÉ LUIS CORREA
Editorial: ALBA
Trama: Una mujer ya anciana aparece muerta en su casa el día de Nochevieja. Aunque parece ser que la muerte se la ha causado una dosis de cocaína, lo que no deja de ser extraño en una viuda de su edad, lo anodino de su vida así como la aparente falta de motivos económicos, ya que no nadaba precisamente en el abundancia, parece abocar al archivo del caso. Pero la desconfianza del inspector encargado del caso sobre las circunstancias de la muerte le llevarán a mantenerlo abierto, aunque para ello tenga que pedir la colaboración de un viejo amigo que trabaja como detective.
Personajes: Ricardo Blanco, detective protagonista de las novelas policíacas de Correa, hombre solitario aunque con un pequeño puñado de amigos fieles, leal e indisciplinado, Gervasio Álvarez, policía amigo de Blanco, un hombre que aún cree que la policía está para servir a los ciudadanos, Beatriz, farmacéutica amiga y amante esporádica de Blanco, marcada por un matrimonio fracasado, pero que no renuncia a tener una vida sentimental satisfactoria, los tres hijos de la mujer asesinada, Sara Cardenal, casada con un hombre que no le hace caso y acostumbra a huir de putas, Álvaro Cardenal, el más pequeño de los tres, metido en pequeños trapicheos y líos con grupos de delincuentes, Tomás Cardenal, el mayor, que regenta una lotería, acomplejado por el mal olor que desprende su cuerpo, casado con una mujer cubana, Félix, delincuente de origen marroquí, que controla gran parte del negocio de la extorsión,
Aspectos a Destacar: Si la novela negra canaria está en auge (las últimas obras de Alexis Ravelo, Javier Hernández Velázquez o Mariano Gambín así lo acreditan), se puede decir que José Luis Correa y su personaje principal, Ricardo Blanco, fueron los pioneros en mostrarnos la cara oscura que también anida en esas islas llamadas popularmente “afortunadas”, pero en las que la fortuna nunca llega a todo el mundo, sino tan sólo a un puñado de privilegiados.

La Frase: Todas las familias dichosas se parecen, pero las infelices lo son cada una a su manera. Si aquélla no era una familia infeliz, entonces la infelicidad era un camelo. Por el olor a naftalina y soledad que se respiraba en el salón de Andrea Mérida podía afirmarse que la vida más aperreada había sido la suya. Había tenido que sufrir la ingratitud de un marido déspota que confesaba y comulgaba los domingos para pagar las ruindades del resto de la semana. Y, por si fuéramos pocos, parió la abuela del desprecio de sus hijos, que la culpaban de sus males.