lunes, 15 de noviembre de 2010

CANCIONES DEL ALMA (MARÍA BLASCO)

María Blasco Gamarra es escritora de cuentos y relato breve, además de poeta.
Nació en Pamplona en 1973. Licenciada en Filología Hispánica y diplomada en Estudios Vascos por la Universidad de Navarra.
En 1985 fue diagnosticada de Ataxia de Friedreich, una enfermedad degenerativa altamente invalidante; sin embargo, pese a ello intentó y todavía continúa intentando, "normalizar" su situación en la medida de lo posible.
Atraída por la historia, las humanidades y la literatura se decidió a publicar su primer libro Bosquejando Recuerdos, en 2009 con la esperanza de hacerse un huequecito entre los escritores nacionales para así, poder sacar a la luz sus poesías y diferentes obras.
Tras su éxito narrativo, se adentra a finales del 2010 en la lírica con Canciones del Alma, uno de cuyos poemas, Los amantes (recogido de su página web, http://www.mariablasco.com.es/) se expone aquí:

LOS AMANTES

Feliz el aire,
pues la noche no lo espanta
ni el día lo deslumbra
si la mañana lo levanta.

Dichosas las olas marinas
y aquella sirena que canta
que son libres en su destino
o que utilizan su garganta.

Mientras … el sol pena
porque la luna no está.

Despacio, el sendero
comienza a despertar,
camina sin pereza
de aquí a la eternidad.

No bosteza somnoliento
pues destila juventud
llegando glorioso a su meta
directo a la plenitud.

Y mientras, el sol sufre
porque la luna no está.

Una nube ambiciosa aspira
a poder el cielo dominar,
y cubre al astro ardiente
asombrando a la claridad.

En esa tenue penumbra
la luna empieza a llorar
¡Malditas horas sin dueño
repletas de oscuridad!

Y mientras, el sol muere
porque la luna no está.

Artículo publicado en el periódico Diario de Navarra el 15 de noviembre de 2010. Redactora: Michelle Unzué.

Hace un año, este periódico publicaba la presentación de la primera novela de María Blasco. Esta autora ha dejado de ser novel y repite presentación, pero en esta ocasión de un libro de poemas: Canciones del alma es su nuevo canto a la vida. Como regalo a sus lectores, incorpora un CD en el que gente conocida recita sus poemas
Escribir un folio le cuesta un día. Pero lo escribe. La desgana no cabe en el diccionario de María Blasco Gamarra (Pamplona, 1973), con Ataxia de Friedrich desde que tenía doce años. Esta rara enfermedad degenerativa ha logrado postrarla en una silla de ruedas, pero no ha doblegado su voluntad de compartir sus creaciones literarias con el mundo.
Si el año pasado presentó Bosquejando recuerdos, su primer libro sobre sus vivencias en su pueblo, Larrasoaña, hoy hace lo propio con Canciones del alma, su segunda obra diseñada y maquetada por ella misma. Pero en esta ocasión deja los recuerdos novelados para centrarse en la poesía.
En el colegio leí la poesía de Lorca y me gustó muchísimo, sobre todo el Cancionero gitano. Pensé: "Quiero poder expresarme así", y desde entonces dije que iba a estudiar Filología Hispánica. Prefiero leer novela, porque la poesía de ahora es muy rebuscada, pero los clásicos me gustan mucho, afirma la autora pamplonesa, cuya cita con los lectores de su libro es a las 19.30 horas en Civican.
La mayoría de los poemas, de temática tan variada como los Sanfermines, la Guerra Civil o el amor, los escribió hace diez años. Ha predominado la métrica libre, pero en su obra también hay sonetos y romances. Como regalo a sus lectores, ha incorporado un CD (patrocinado por Roberto Peluqueros) en el que gente reconocida recita sus poemas: Enrique Villarreal "el Drogas", Edurne Pasabán, Kepa Junkera, Aurora Beltrán, Marta Juaniz, Rudy Goroskieta o África Baeta, entre otros. "nos recitan mejor que otros pero eso me da igual, me hizo mucha ilusión que se prestasen a leer los poemas. Por ejemplo no pensaba que el Drogas fuese a leer tan bien, es una persona super buena, asegura María. Como la mente de esta chica no para, está escribiendo una novela sobre el árbol genealógico de su familia, que llega hasta Briones. Durante sus investigaciones en Internet ha conocido a Marisa Ortega, una parienta muy lejana con la que ha intimado tanto que hasta ha realizado la portada de Canciones del alma. Es artista y enfoca la pintura con la poesía, además ha escrito un prólogo precioso, apunta.
Con el tiempo, María contempla su enfermedad desde otra óptica. En mi primer libro quería quitar importancia a mi minusvalía, pero con el tiempo me he dado cuenta de que publicar sirve para hacer más comprensible mi enfermedad. Me sabe muy mal que hay personas mayores que te ven con problemas al hablar y te tratan como a una niña. Cuando escribo un libro demuestro que no lo soy, mi enfermedad es solo física, no mental, no tengo mal el coco, explica.
Internet ha supuesto una revolución en el modo de comunicarse de María. Al principio no me gustaba nada, pero mi hermano mayor, que tiene la misma enfermedad que yo, era muy entusiasta. Pensaba que todo eran juegos, pero cuando fui a Logroño a estudiar redes de ordenador empecé a entenderlo. Y gracias a Internet he conocido a mucha gente. Escribo muy lenta, pero así como cuando hablo se nota la diferencia, con el ordenador no me pasa, comenta, a la vez que recuerda que tiene una página web, http://www.mariablasco.com.es/.
A María se le apaga un poco la voz cuando explica que también tiene casi escrito un libro infantil, El castillo de Albanza, que le gustaría publicar el año que viene. Sí que quiero que se conozca, pero la novela sobre mis antepasados no sé si la podré terminar porque la enfermedad me va minando poco a poco.
Pero se le vuelve a animar cuando se le pregunta si con su enfermedad se ve como un ejemplo para otras personas. No me veo un ejemplo para la gente enferma, sino para la gente que no se atreve a hacer cosas porque cree que no les va a salir bien. Además, en la vida hay muchas cosas que se pueden disfrutar. Aunque se tenga una enfermedad grave puedes tener una familia que te apoya, amigos, o simplemente es bonito salir a la calle y ponerse al sol, cerrar los ojos y disfrutar de tu tranquilidad, de tu mundo interior, concluye, mientras sus padres, José Luis y María Antonia, la miran con orgullo.

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