miércoles, 10 de agosto de 2011

FICHERO DE NOVELAS NEGRAS: 288.-NO ABRAS LOS OJOS (JOHN VERDON)

Título: NO ABRAS LOS OJOS
Título original: SHUT YOUR EYES TIGHT
Autor: JOHN VERDON.
Editorial: ROCA
Trama: Una mujer joven muere decapitada el mismo día de su boda. El caso parece sencillo ya que todo indica que el asesino es un empleado de su marido, pero al no localizarle la policía tras haberse fugado la madre de la novia decide contratar a un antiguo policía para que la asesore sobre cómo encontrarlo. No se trata, en principio, de un trabajo complicado, salvo por el hecho de que según va profundizando en el caso más electos extraños van apareciendo.
Personajes: Dave Gurney, policía retirado tras una carrera plagada de éxitos, que no acepta muy bien la inactividad propia de la jubilación, su mujer Madeleine, también muy inteligente y muy cáustica, que desearía que el retiro de su marido fuese definitivo, Jack Hardwick, tosco pero eficiente policía de homicidios que no ha ascendido en su carrera por su incapacidad para ser “diplomático”, Val Perry, madre de la joven asesinada, millonaria excéntrica que se considera culpable por no haber atendido bien a su hija cuando era pequeña, Scott Ashton, efímero marido de la joven, psiquiatra especialista en desarreglos sexuales, Sheridan Kline, ambicioso fiscal al que por encima de todo le preocupa su carrera política.
Aspectos a Destacar: Junto a la trama de la novela, en la que finalmente acabarán encajando todas las piezas del puzzle de un modo extremadamente ingenioso, Verdon se atreve a novelar un tema poco tratado en la novela negra, tanto por los temores y recelos que aún suscita como por sus dificultades técnicas para encajarlo dentro de una obra de género, el de los abusos a menores y sus consecuencias en el tiempo, saliendo triunfador en su difícil apuesta.
La Frase: Decidió mantener en secreto que sabía quién era, al menos por el momento. No sabía qué valor podría tener esa carta y no quería mostrarla antes de comprender el juego. Además, aferrarse a ella le daba, de una manera minúscula, una sensación de poder. Como llevar un cortaplumas en un barrio peligroso.

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