viernes, 28 de octubre de 2011

ZARABANDA (MIGUEL SÁNCHEZ OSTIZ)


LA NOVELA: Un hecho en apariencia insólito, la aparición de un cadáver de persona no identificada en una vieja calera, altera la vida apacible de un lugar idílico, Humberri, y desata las voces del recuerdo de todo aquello que es mejor no remover y de lo que casi a fecha fija ha sido escenario: crímenes de la Guerra Civil, abusos cometidos al amparo del contrabando, tráfico de personas, inmigración clandestina, hampa… Es tiempo de carnaval y de transgresión, y en la escena se escuchan las voces de un cortejo de personajes grotescos que sabe de lo mucho que se oculta detrás del «se dijo» o «se dice» de la leyenda: una desvergonzada e hiriente zarabanda. Allí, en Humberri, nadie sabe nada y todos saben con precisión lo que hay que recordar y cómo y cuándo y sobre todo lo que es mejor no remover no vayan a abrirse las heridas nunca cicatrizadas, no vaya a tocarles algo en el reparto.

EL AUTOR: Miguel Sánchez-Ostiz (Iruñea-Pamplona, 1950) es autor de las novelas Los papeles del ilusionista (1982), El pasaje de la luna (1984), Tánger Bar (1984) La quinta del americano (1987), La gran ilusión (1989), Premio Euskadi de Literatura y Premio Herralde de novela, Las pirañas (1992), La caja china, Un infierno en el jardín (1995), No existe tal lugar (1997), Premio Nacional de la Crítica, La flecha del miedo, El corazón de la niebla (2001), En Bayona, bajo los porches (2002), La nave de Baco (2004), El piloto de la muerte (2005) y La calavera de Robinson (2006).
Entre sus muchos libros misceláneos hay que destacar la crónica de viajes La isla de Juan Fernández y Peatón de Madrid, así como una serie de diarios y dietarioscomo La negra provincia de Flaubert, Mundinovi. Gaceta de pasos perdidos (1987), Correo de otra parte (1993), El árbol del cuco (1994) a los que siguieron La casa del rojo y Liquidación por derribo.
En el año 2001, la editorial Pamiela publicó toda su obra poética hasta esa fecha, con el título La marca del cuadrante (Poesía, 1979-1999).
Por lo que respecta a sus estudios y trabajos barojianos, cabe citar: Derrotero de Pío Baroja (Alberdania, Irún, 2000), Opiniones y paradojas (Barcelona, 2000) y Pío Baroja, a escena (Madrid, 2006); la edición y estudio de la novela inédita Miserias de la guerra (2006); los prólogos a Las inquietudes de Shanti Andía (2001) y El árbol de la ciencia (2006); y los ensayos Pío Baroja y Pamplona (1996), El rumor de Itzea (1998), Itzea, el mundo de los Baroja (1998), El viaje de invierno de Pío Baroja (2002), Tras los pasos de Pío Baroja (2004), Pasada la tormenta (2006), Pío Baroja en el espejo de papel (2006), Las crepusculares (2006), Tiempos de tormenta (Pio Baroja, 1936-1940) (Pamiela, 2007) entre otros muchos, al margen de conferencias, artículos y reseñas de prensa, fechados entre 1982 y 2007.
Un año después de la muerte del escritor navarro publica Lectura de Pablo Antoñana (Pamiela, 2010)


Artículo publicado en el periódico de Donostia Diario Vasco el 28 de octubre de 2011. Redactora: Cristina Aguinaga.
El escritor navarro Miguel Sánchez Ostiz presentó ayer Zarabanda', su nueva novela en la que se adentra en terrenos de la memoria histórica, pero también en sucesos actuales y en la forma de muchos de tratar de esconderlos. El autor de No existe tal lugar o Las piraña' vuelve al territorio de Humerri, que recuerda a la regata del Bidasoa, para ubicar Zarabanda. Editada por Pamiela, se vende al precio de 22 euros.
La novela, de la que su autor aclara que no es una crónica de hechos conocidos pero que sí puede recordar a la sociedad actual, arranca con la aparición de un cadáver, un travesti, en una vieja calera. Su aparición, explica el autor, desata aquello que es mejor no remover, crímenes de la Guerra civl, abusos al amparo del contrabando, tráfico de personas, inmigración clandestina, hampa.... La historia la cuentan seis personajes de Humberri, entre los que se adivinan trazos del propio Sánchez Ostiz (Chandrios), de un médico, Doc, que recuerda al de la película La Diligencia y de otros que ya aparecían en la obra de Shakesperare, como Silbido, Pistón, añade el ganador del premio nacional de la Crítica en 1988. Son en total seis, a los que Sánchez Ostiz dota de un lenguaje burlesco. La novela, dijo ayer en la presentación, tiene una clave: el esperpento. Se trata de hechos sórdidos pero dándoles otro tratamiento, el esperpento, lo bufo, porque las situaciones se hacen muy esperpénticas.
La historia llega a través de seis voces, las de la cuadrilla protagonista, pero no se detiene en la investigación policial ni judicial. El relato son esos seis tíos descerrajados no por la edad ni el vino, sino porque presencian el levantamiento del cadáver y rememoran otros crímenes sin resolver, otras historias que se esconden y es mejor no remover, de los años 50 y 60, del contrabando, de la Guerra Civil, relataba ayer el autor, que se declaró conmocionado por el crimen de Cordovilla en el que se asesinó a una vecina de Ituren, cuya historia también se recoge en Zarabanda.

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