Título: EL OTRO LADO DEL DÓLAR
Título
original: THE FAR SIDE OF DOLLAR
Autor: ROSS MacDONALD
Editorial: BRUGUERA
Trama: Un joven, al que han internado en un caro
colegio para hijos conflictivos de familias adineradas, se fuga del mismo, por
lo que la dirección contratará a un detective para encontrarlo. El asunto se
complica cuando se padre recibe una llamada telefónica en la que se le avisa de
que ha sido secuestrado y se pide un rescate por él, mientras se le insinúa que
el propio joven es cómplice de su secuestro.
Personajes: Lew Archer, detective
protagonista de las novelas de MacDonald, escéptico y desengañado, pero con un
sentido de la honestidad y la justicia que le convierten en digno sucesor del
mítico Philipp Marlowe de Raymond Chandler, Ralph Hillman, padre del joven
desaparecido, antiguo combatiente de la II Guerra Mundial, deportista y
triunfador, aunque su fortuna procede de su mujer, Elaine, mujer nerviosa y
resentida con su marido, Dick Leandro, huérfano de un empleado de Hillman y
protegido de éste, que haría cualquier cosa con tal de seguir gozando de los
favores de su protector, Stella Carlson, adolescente amiga del joven
desaparecido, pese a su edad, casi la más sensata de los personajes que
aparecen en la novela, el doctor Sponti, director del establecimiento en el que
fue recluido el joven fugado, hombre relamido y sólo pendiente de la buena
marcha de su negocio, Bastian, inspector de policía eficaz y honrado, que
colabora con Archer en la investigación, Susanna Drew, vieja amiga de Archer, o
quizás algo más, que trabaja en
Hollywood y conoce todo lo que se cuece en el mundillo del espectáculo.
Aspectos a Destacar: El convencimiento del autor, que
se expresa en prácticamente todas sus novelas, de que el pasado siempre nos
alcanza por mucho que intentemos evitarlo y que no es posible construir nada si
sus cimientos están basados en la mentira y la falsedad.
La Frase: La tristeza se transformó en una vaga idea,
semioculta en mi cerebro: cada generación tenía que empezar desde cero y
descubrir el mundo de nuevo. Cambiaba tan rápido, ese mundo, que los niños no
podían aprender nada de sus padres ni los padres de sus hijos. Las generaciones
eran como tribus enemigas, cada una en su isla de tiempo.
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