miércoles, 16 de mayo de 2012

LA LUZ MUERTA: ENTREVISTA EN EL DIARIO "EL PAÍS"


Artículo publicado en el diario El País  el 16 de mayo de 2012. Redactora. Isabel Landa López. Fotógrafo: Javier Hernández

Vuelve Goiko, el ertzaina en excedencia convertido en detective por necesidad tras un turbio asunto que husmea historias de los bajos fondos por las calles de Bilbao. El escritor José Javier Abasolo (Bilbao, 1957) ha recuperado la figura de Mikel Goikoetxea en su última novela La luz muerta (Erein). El personaje nació en Pájaros sin alas y tiene visos de convertirse en protagonista de una serie.
Abasolo, un apasionado de la crónica negra, un género narrativo que cuenta “historias de verdad y muy pegadas a la realidad”, vuelve a situar la trama de la capital vizcaína. Esta ciudad reúne localizaciones “perfectas” para dejar volar la imaginación y recrear sus historias. “Hace unos años, Bilbao tenía la estética del cine negro, edificios derruidos, la Ría sucia y los reflejos nocturnos grisáceos, pero novela negra puede hacerse en cualquier lugar”, explica Abasolo, licenciado en Derecho y funcionario del Gobierno vasco, tarea que compagina con la escritura. “Al final se habla del ser humano y sus ambiciones, quizás llevadas a un extremo en el que alguien muere o mata por ello”, añade.
A pesar de la imagen próspera que ofrece Bilbao, la ciudad sigue siendo un escenario idóneo para la crónica negra. “Puede haber más dinero en juego e incluso más ambición si cabe. Cuando hay crisis se puede hacer crónica negra, pero cuando hay prosperidad también. Es un género muy adaptable”, añade.
Tras ocho novelas, Abasolo se muestra es consciente del riesgo que supone recuperar de nuevo a Goiko, pero destaca que, al no ser su primer libro, se lo podía permitir. “Antes no había creado un personaje fijo porque tenía miedo a repetirme y también para no forzar una historia en la que tuviera que encajar un personaje concreto”, explica. Pero Abasolo empatiza demasiado con Goiko: “Ha evolucionado y se ha liberado de ciertas obsesiones que marcaron su trayectoria como policía, aunque mantiene su rabia”.
La luz muerta desarrolla dos tramas paralelas: un médico forense a quien hacer autopsias le produce cierto placer y una chica que fallece tras consumir heroína. Y en medias queda Goiko, un personaje con características clásicas del género: solitario, antiguo policía, con problemas con sus compañeros o un matrimonio en crisis. “Usé todos los tópicos a conciencia a pesar de que es algo que siempre he evitado para no caer en la imitación. Quería ver si era capaz de usarlos y darles la vuelta”, señala el escritor.
A diferencia de sus anteriores novelas, Abasolo apenas hace referencias políticas y sobre el terrorismo en La luz muerta, aunque concluye: “No puedes dejar de lado el contexto en el que vives, si me gusta la novela negra es porque cuenta un poco como es cada sociedad”.

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