Cuando lo pienso, me dan ganas… Hay
momentos en que sería capaz de matarlo.
Pues mátalo. Viudo
Se lanzó sobre él como quien se
lanza a la piscina en pleno mes de agosto. El cuchillo fue el primer contacto. A
la cumbre por el cuchillo.
Durante el estrangulamiento, no le
miro a la cara.
Prefiero apretar, apretar y apretar. Una caja de támpax
medio vacía
Compro un hacha… grande, pesado,
salvaje. Como para destazar un elefante. Cochinillo de Segovia.
Me contagió el tembleque, como te lo
digo. Y el cacharro se disparó. Así, una granizada de perdigones que mandó todo
a tomar por culo. Muy, muy chungo.
La oscuridad me daba miedo, todavía
me daba miedo, pero aquella noche estaba decidido a acabar con mi miedo para
siempre. Ya no me da miedo la oscuridad.
Ambrosio Ibáñez Cetín era un
creyente, un creyente en las cloacas y en la patria, en las cloacas patrióticas
y en las patrias de cloaca, que para el caso es lo mismo. Brosi
Y más,
mucho más, pasen y vean. Un libro inesperado y fuera de control. El género
negro se impregna de cotidianeidad, de locura y de seres extremos que viven en
el vecindario.
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