miércoles, 23 de enero de 2013

FICHERO DE NOVELAS NEGRAS: 400.-AMANTES LETALES (ELOI YAGÜE)


Título: AMANTES LETALES
Autor: ELOI YAGÜE
Editorial: EDICIONES B VENEZUELA
Trama: Las relaciones entre policías y prostitutas son tan clásicas en la novela negra como conflictivas. Y si además estamos en la Venezuela contemporánea, con un endurecido policía que resulta ser un romántico que quiere alejar a la mujer de la que se ha enamorado de ese ambiente, un selecto club erótico que esconde muchos secretos o una colaboradora de la policía que se adentra en territorios desconocidos para ella, pueden llegar a ser aún más conflictivas. Y mucho más peligrosas. Sobre todo cuando se mete por medio un secuestro.
Personajes: Marvin Caripe, agente de policía eficiente en su trabajo pero enemigo de las relaciones largas en el terreno afectivo, Andrea Lina Miranda, psicóloga de la policía, especialista e investigadora en el tema de las parafilias sexuales, Araira Zanella, madre soltera como consecuencia de una violación, que trabaja como prostituta en un selecto club caraqueño con el nombre de Vanessa, Jhorneyber, peligroso delincuente criado junto a Araira, que mató al hombre que la violó, César y Lucrecia Borges, hermanos y amantes, propietarios del Club Sherezade, en el que todas las fantasías sexuales están permitidas si se paga bien por ellas, Marcial Escalante, joven valiente e inteligente, jefe de un grupo de intervención policial creado a imagen de los SWAT americanos, y profundamente enamorado de Andrea Lina.
Aspectos a Destacar: Una visión de Venezuela moderna y actual, con sus luces y sus sombras, en la que hay algo más que chavistas y antichavistas, sino una sociedad y unas personas que con sus virtudes y sus defectos intentan vivir y sobrevivir, incluso ser felices, aunque a menudo eso cueste más de lo que normalmente estamos dispuestos a pagar / La creación de unos personajes que, aun viviendo al límite, se nos hacen totalmente verosímiles e incluso cercanos.
La Frase: Desechó ese pensamiento. Un policía de verdad --y él así se consideraba-- no tenía tiempo para pensar en la muerte. Todos sabían, desde la academia, que era una profesión peligrosa y arriesgada y aquel que valorara en exceso su vida, mejor que se dedicara a otra cosa. Él no tenía esposa ni hijos que cuidar. Nunca se había comprometido. Había tenido relaciones con muchas mujeres pero la mayoría eran contactos sexuales esporádicos. Había en su historia muchas más "noches únicas" que "primeras noches" y no se arrepentía, aunque a veces la soledad le pegaba duro.

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