martes, 9 de abril de 2013

FICHERO DE NOVELAS NEGRAS: 418.-EL MONO DE BARRO (R. AUSTIN FREEMAN)

Título: EL MONO DE BARRO
Título original: THE STONEWARE MONKEY
Autor: R. AUSTIN FREEMAN
Editorial: BRUGUERA
Trama: Los inicios en la profesión médica del doctor Oldfield son accidentados, ya que al poco de empezar a ejercer tiene que atender a un policía que ha sido agredido (y finalmente fallece) por un ladrón de joyas y, algo más tarde, se encuentra conque un paciente suyo, que sufre del estómago, en realidad ha sido envenenado. Dos asuntos de diferente naturaleza que, sin embargo, quizás estén relacionados de un modo un tanto extraño.
Personajes: James Oldfield, joven médico entregado a su profesión y con deseos de aprender, Peter Gannet, alfarero con pretensiones de artista, pese a lo estrambótico de sus creaciones, John Thorndyke, médico experto en asuntos legales, protagonista habitual de las novelas de Freeman, Christopeher Jarvis, amigo y socio de Thorndyke, Snupper, detective al servicio de Thorndyke, capaz de metamorfosearse en cualquier ambiente para así pasar desapercibido, inspector Blandy, de Scotland Yard, policía más preocupado por la eficiencia que por el juego limpio, Frederick Boles, artesano dedicado a las joyas que comparte estudio con Gannet, al que antaño le unió una fuerte amistad, pese a estar en ese momento muy distanciados y enfadados, Mrs. Gannet, la mujer de Gannet, pariente lejana de Boles, con el que le une una fuerte amistad.
Aspectos a Destacar: Richard Austin Freeman es uno de los representantes de la novela detectivesca británica clásica, en lo que lo más importante es el "juego de la detección", sin mayores implicaciones sociales y literarias, pero creó un personaje singular, el doctor Thorndyke que es uno de los considerados, desde un punto de vista literario y lúdico, "rivales de Sherlock Holmes".

La Frase: La profesión de médico tiene muchos inconvenientes: comidas interrumpidas, molestias nocturnas, y largas y fatigosas horas de trabajo. Pero también tiene sus compensaciones. La vida de un médico rara vez resulta aburrida. Si se compara, por ejemplo, con la de un funcionario o un empleado de banca, está llena de sucesos y ambientes variados, y esto sin hablar del interés intrínseco del trabajo en sus aspectos profesionales. Y también puede ocurrir en cualquier momento que los deberes de la práctica médica le lleven hasta el núcleo de un drama o una tragedia, o le pongan en íntimo contacto con el delito.

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