LA
NOVELA: En la ciudad
de Ofidia no hay dioses celosos de la fortuna de los hombres, seguramente
porque ninguna de sus casi trescientas mil almas la tiene. Quien mejor lo sabe
es Herodoto Corominas, un inspector de policía que nada —o casi— tiene que ver
con el padre de la Historia, salvo por el hecho de que también desconfía de las
apariencias y apela al sentido común ante los dos principales mecanismos que
mueven el mundo: las pasiones y la injusticia. La ceguera, en fin, de la
naturaleza humana.
En ella piensa Corominas cuando un día
aparece el cadáver de un agente municipal al que han rajado el vientre en plena
calle y al que nadie llora. A medida que tire del hilo, lo que descubra sobre
un adolescente desesperado, una conjura y un librero de viejo cansado de
perder, tal vez no sirva para escribir una epopeya, pero sí una trama intensa,
aguda y sutil hecha con los pedazos que deja la vida cotidiana, esa en la que
un trozo de verdad, aquí sí, es casi toda la verdad, y donde, pase lo que pase,
siempre acaban pagando los mismos.
EL AUTOR: Carlos Bassas del Rey (Barcelona,
1974) es doctor en Periodismo, profesión maravillosa de la que escapó a tiempo.
En la actualidad sobrevive como juntaletras de fortuna, labor que
equilibra como puede con la docencia y la dirección de “Pamplona Negra”. A lo largo de sus años como autor audiovisual ha
escrito cortometrajes, documentales, largometrajes, videoclips y spots
publicitarios, y ha organizado, dirigido e impartido cursos de guión y
escritura creativa, exposiciones, ciclos de cine y cursos de verano
relacionados con el mundo audiovisual. En el 2007 fue galardonado con el “Premio Plácido al Mejor Guión de Largometraje de Género Negro en el IX Festival Internacional de Cine Negro de
Manresa”, y en el 2009 fue coordinador editorial del libro Tasio 25. En el 2012 publicó su
primera novela, Aki y el misterio de
los cerezos, un relato de aventuras ambientado en el Japón del siglo
XVI, y ganó el Premio Internacional de
Novela Negra Ciudad de Carmona con su segunda novela, El honor es una mortaja.
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