Título: UNO CONTRA TODOS
Título
original: THE BIG HEAT
Autor: WILLIAM P. McGIVERN
Editorial: JÚCAR
Trama: El suicidio de un policía retirado es algo triste,
pero que no causa la amenor extrañeza. Salvo por el hecho de que una antigua
amante pone en conocimiento de un detective de homicidios que no cree que se
hubiese producido ningún suicidio, sino un asesinato. Para tranquilizar a su
confidente, y a él mismo, el policía iniciará en solitario una investigación
que cree de antemano que confirmará la tesis del suicidio, pero pronto los
obstáculos que le ponen le hará pensar que alguien quiere que no se sepa cuál
fue realmente el motivo de la muerte --suicidio o asesinato, ya eso es lo de
menos-- del viejo policía.
Personajes:
Dave Bannion, joven y fornido detective de homicidios, antiguo jugador de
fútbol americano, honrado e incorruptible padre de familia, Burke, compañero y
amigo del anterior, aunque no siempre comparte sus actitudes e ideas, Wilks, ambiguo
jefe de la policía, más preocupado por sus contactos y manejos políticos que
por que el departamento cumpla al cien por cien su cometido, Jerry Furnham,
periodista conocido de Bannion, con el que suele colaborar aunque no confíen
totalmente el uno en el otro, Max Stone, delincuente propenso a la violencia
aunque ya no suele trabajar directamente sino que controla parte de los
negocios sucios de la ciudad, Debby, su amante, que no tiene ningún respeto por
él, Lagana, prohombre de la ciudad que controla, en última instancia, todos los
negocios sucios que se mueven en la misma, Cranston, viejo policía marginado
por su honestidad y al que se le tiene trabajando en el archivo, pero que a
pesar de ello sigue al tanto de todo lo que se cuece y mueve en la ciudad.
Aspectos
a Destacar: De “Uno contra todos” podría
decirse que es casi una transcripción a la novela negra de la película “Solo
ante el peligro”, con una visión, quizás excesivamente optimista, de la
capacidad de una sola persona para enfrentarse a todo un sistema corrupto.
La
Frase: Las reglas no las hacemos
nosotros; en ciertos casos obedecemos órdenes porque es lógico que algunas
personas decidan las cosas y otras se dejen conducir por ellas. ¿Qué hay de
malo en ello? Si uno no obedece las órdenes, si decide ser un héroe, ¿logra así
cambiar la situación? En absoluto. Encuentran a otro que haga las cosas y esa
rebelión se hace inútil.
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