Título: OJALÁ ESTUVIERAS AQUÍ
Autor: JULIO CÉSAR CANO
Editorial: MAEVA
Trama: El extraño y cruel asesinato, en
el Mercado Central de Castellón, de un empresario, obligará a la policía a
movilizar todos sus efectivos para atrapar al asesino. Sobre todo cuando, al
estudiar la vida del hombre asesinado, aparecen unas aparentemente
inexplicables lagunas. Quizás la clave pueda estar en las relaciones de una
extraña pareja que, para sobrevivir, intentan constantemente huir hacia
delante.
Personajes: Montfort, inspector de policía destinado en Barcelona aunque
adscrito provisionalmente a Castellón, expeditivo y amante de la música, Silvia
Redó, compañera y colaboradora de Montfort, con una complicada vida
sentimental, marcada por la muerte de su padre y hermano, también policías, Romerales,
comisario jefe de Castellón, que brega constantemente con la falta de efectivos
de la comisaría y la necesidad de obtener resultados positivos en los casos que
de él dependen, Alba Casas, hija única del hombre asesinado, al que estaba muy
unida, editora y traductora independiente de enigmática personalidad, Luis, joven
que de pequeño fue constante objeto de burlas pos su aspecto físico, que
intenta superarse a través de su afición al boxeo y sus triunfos en este
deporte, Carmen, pareja sentimental de Luis, amiga de los excesos de todo tipo
lo que complicará sus relaciones y su propia existencia, El Churro, “sparring”
y compañero de Luis, pese a no tenerle mucha simpatía.
Aspectos a Destacar: La habilidad con la que el
autor entreteje dos historias paralelas que confluyen de un modo coherente y
armónico así como la utilización de las diversas situaciones personales que
sufren sus protagonistas, que en lugar de entorpecer la historia la enriquecen
al humanizarlos y hacerlos más cercanos al lector.
La Frase: Cuando la puerta se hubo
cerrado, Vinyals empezó a hablar. Montfort notó que apretaba los dientes. --Ha
habido quejas –dijo-. Parece que su forma de actuar no gusta a los nuevos
supervisores territoriales. En la última reunión hubo discusiones sobre nuestra
manera de trabajar, de cómo conseguimos que los testigos hablen, de qué fuentes
nos surtimos; en definitiva, hay voces que llegan desde arriba que dicen que
están cansados de que seamos tan expeditivos. --¿Expeditivos? –preguntó Monfort
echándose hacia atrás en el respaldo-. ¿Quiere decir que soy demasiado tajante?
¿Qué soy rápido y decisivo en tomar resoluciones?
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