Cerezas amargas es el título de la primera novela de Elena Fernández, una historia basada
en un hecho real, el crimen de la joven Concepción de Tellitu, ocurrido en Barakaldo
en 1712.
El asesinato de una joven, con
indicios de agresión sexual, conmociona al barrio de San Bizente de Barakaldo.
Edurne, arqueóloga del museo, se convertirá sin quererlo en la protagonista, debido
a su amistad con dos de los implicados. Petra, su vecina, y Ander, su gran
amigo, que trabaja sobre una historia descubierta en el archivo histórico.
Casualmente el manuscrito revela el asesinato de otra joven en similares circunstancias.
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