Título: EL ATRACADOR
Título original: THE MUGGER
Autor: ED McBAIN
Editorial: BRUGUERA
Trama: Un extraño atracador de mujeres
está trayendo de cabeza a los policías adscritos al Distrito 87 de Isola (USA),
y mucho más cuando una joven aparece asesinada, aparentemente por obra del
atracador. Pero dentro de lo que cabe, peor hubiera sido que les correspondiera
trabajar en un caso del Distrito 33, en el que está actuando impunemente un
ladrón de gatos. Y es que el que no se consuela es porque no quiere.
Personajes: Bert Kling, patrullero adscrito al Distrito 87, joven
enamoradizo y con ganas de prosperar y llegar a detective, Peter Bell, viejo
conocido de la escuela de Bert, que le pide ayuda para aconsejar y averiguar
qué le ocurre a la hermana pequeña de su mujer, que lleva últimamente una
conducta rara, Havilland, detective del Distrito 87, de casi dos metros de alto
y tendente a la violencia, Willis, compañero de Havilland y más reposado de
éste, que suple su baja estatura con sus conocimientos de judo y su
inteligencia, Meyer Meyer, detective de orgen judío, calvo, afable y por lo
general siempre de buen humor, Claire Townsend, amiga de la joven asesinada,
por la que se interesa Bert, Eileen Burke, policía femenina del Distrito 87, de
gran belleza, que trabaja sirviendo como “cebo” para el atracador.
Aspectos a Destacar: “El atracador” es la
segunda novela, tras “Cop Hater” (las dos publicadas el mismo año, 1956) que Ed
McBain dedicó a la larga y célebre serie del Distrito 87, quizás la más importante,
dentro del género negro, dedicada al subgénero procedural, en la que se nos
muestra, despojado de toda épica y romanticismo, el trabajo policial de una
comisaría de los Estados Unidos a través de una ciudad inventada, Isola, que es
un trasunto de Nueva York.
La Frase: Un informe de autopsia es un
documento fríamente científico. Reduce la carne y la sangre a términos médicos,
midiéndlo todo en centímetros y analizándolo todo con metódica precisión. En un
informe de autopsia no hay emoción ni ternura. No hay en él cabida para el
sentimiento o para la filosofía. No hay más que una o dos hojas de papel tamaño
folio, y en estas hojas escritas a máquina, palabras y frases que con términos
forenses explican bajo qué circunstancias tal o cual persona halló la muerte.
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