Título: DOS MINUTOS
Título original: THE TWO MINUTE RULE
Autor: ROBERT CRAIS
Editorial: EDICIONES B
Trama: Un antiguo atracador, recién
salido de prisión, recibe la noticia de que su único hijo, del que estaba
distanciado y trabajaba como policía, había sido asesinado, junto a tres
compañeros, el día anterior a su liberación. Intentando comprender lo ocurrido
recurre a una antigua agente del FBI que le había detenido y enviado a prisión,
para que le ayude a descubrir quién y por qué los mató, sin saber que está
revolviendo un avispero que puede acabar alcanzándole.
Personajes: Max Holman, antiguo delincuente que sale de la cárcel
habiéndose hecho el propósito de no volver a delinquir y reconciliarse con lo
que queda de su familia, Katherine Pollard, exagente del FBI que solicitó la
excedencia para ocuparse de sus hijas, viuda tras un divorcio complicado, Chris
Leeds, exjefe de Pollard, muy reglamentista y estricto, Random, policía
encargado de investigar el asesinato del hijo de Holman y sus compañeros, al
que no le gusta nada que el exdelincuente meta la nariz en sus asuntos, Vukovich,
ayudante de Random y, en cierto modo, su “fuerza de choque”, Chee Moreno, viejo
camarada de Holman, dispuesto a ayudarlo en lo que haga falta.
Aspectos a Destacar: El autor le da la
vuelta a la clásica historia del falso culpable, al intentar el protagonista
rehabilitar la memoria de su hijo muerto e ir viendo, según avanza la
investigación, que quizás no fuera tan limpio como pensaba, en una historia que
no da descanso en ningún momento al lector.
La Frase: Los ladrones de bancos
profesionales saben que disponen de menos de dos minutos para hacer su robo y
largarse. Dos minutos era el tiempo mínimo necesario para que un empleado
disparara la alarma, que ésta se registrara en la empresa de seguridad y que la
policía respondiera una vez recibida la notificación de que se estaba
cometiendo un atraco. Superados los dos minutos, cada segundo incrementaba las
posibilidades de que atraparan al atracador. Un atracador profesional se
largaba cuando el cronómetro llegaba a los dos minutos, tanto si tenía el
dinero como si no.