Xabier Gandiaga es
un detective que vive en San Sebastián y a quién sus amigos conocen como Gandi.
La falta de trabajo y la necesidad de huir de la ociosidad le llevan a aceptar,
sin demasiado entusiasmo, un caso relacionado con el robo de un valioso jarrón
bellamente decorado con damasquinado, por encargo de una viuda adinerada de la
ciudad. Lo que parecía un caso sencillo y fácil de resolver se irá complicando
con la aparición de nuevos actores en la trama hasta convertirse en una
peligrosa peripecia en el perseverante intento del detective por esclarecer la
verdad.
Ésta es
la tercera novela de Iñaki Zuloaga, tras Hijos
del Gran Arquitecto y La semilla del minotauro.
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