domingo, 7 de marzo de 2021

FICHERO DE NOVELAS NEGRAS: 805.-EL SINDICATO DE POLICÍA YIDDISH (MICHAEL CHABON)


Título: EL SINDICATO DE POLICÍA YIDDISH

Título original: THE YIDDISH POLICEMEN’S UNION

Autor: MICHAEL CHABON

Editorial: MONDADORI

Trama: Tras finalizar la II Guerra Mundial los judíos no han podido establecerse en Palestina por lo que provisionalmente se les cede el territorio de Sitka, en Alaska, para que se establezcan allí por un periodo máximo de 60 años que está a punto de caducar, lo que se llamará la Revocación. En ese contexto aparece muerto un yonqui en un hotel de dicho territorio. Sólo faltan dos meses para que se produzca esa Revocación y a nadie le interesa investigar esa muerte, salvo a un policía que vivía en el mismo hotel.

Personajes: Meyer Landsman, policía judío de Sitka, indisciplinado y vehemente, afectado por sus recuerdos, entre ellos el de un padre aficionado al ajedrez, Berko Shemets, primo de Meyer y compañero suyo en la policía, hijo de judío y de india, lo que le generó en el pasado problemas de identidad, Bina Gelbfish, exmujer de Meyer, también policía, que recientemente se ha convertido en su superior, Hertz Shemets, tío de Meyer y padre de Berko, antiguo agente de policía caído en desgracia, Heskel Shpilman, rabino de una curiosa secta ortodoxa judía que es, al mismo tiempo, un poderoso clan mafioso, Aryeh Baronstheyn, abogado y yerno de Shpilman además de su mano derecha, Wilfred Dick, policía indio de metro cuarenta de estatura, que consiguió que se le dejara entrar en el cuerpo pese a no tener la altura mínima exigida, lo que da fe de su fuerte y resolutivo carácter.

Aspectos a Destacar: El autor, que entre sus galardones como escritor ostenta el Premio Pulitzer (aunque no por esta novela) utiliza la ucronía para narrarnos, a través de una novela negra, las viviencias de una sociedad a punto de desmoronarse. Una sociedad que en el contexto de la novela es la de origen judío, pero que podría ser otra cualquiera.

La Frase: Landsman, hijo y nieto paterno de suicidas, ha visto a seres humanos quitarse de en medio de todas las formas posibles, desde las más ineptas a las más eficaces. Sabe cómo tiene que hacerse y cómo no. Tirarse desde los puentes y desde las ventanas de hoteles: pintoresco pero peliagudo. Tirarse por huecos de escaleras: poco seguro, impulsivo y demasiado parecido a una muerte accidental. Cortarse las venas, con o sin la variante popular pero innecesaria de la bañera: más difícil de lo que parece y teñido de un amor más bien femenino por la teatralidad.


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