jueves, 9 de septiembre de 2010

ELEVEN, LOS ÚLTIMOS CORSARIOS (PEDRO CIRAUQUI)

Noticia publicada en el periódico DIARIO VASCO el 3 de julio de 2010. Redactora: Cristina Limia.

Dijo que iba a escribir un libro y dos años y medio después lo ha hecho realidad. Pedro Cirauqui acaba de publicar 'Eleven, los últimos corsarios', una novela de ficción con pequeñas dosis de historia, en la que guerrilleros y corsarios se embarcan en una misma misión. La aventura está dentro y fuera del libro. Y es que Cirauqui, primerizo en las lindes de la escritura, ha editado por sus propios medios 500 ejemplares de su novela. El autor destila la ilusión de haber cumplido un sueño, ahora la pelota está en el tejado de los lectores.
¿Cómo nace este libro?
Hace tres años empecé a participar en el blog de un periódico de tirada nacional. Allí me relacionaba con gente bastante culta y se me fueron pegando las ganas de escribir cosas. Un día se me ocurrió decir que iba a escribir un libro y a mis compañeros del blog les pareció estupendo. Dos años y medio después, el libro es una realidad.
¿Nunca antes había escrito nada?
No. Suelo decir, en plan de broma, que lo único que había escrito antes eran las cartas de amor que enviaba a mi novia desde la mili.
Dice que ha perdido muchas horas de sueño por el libro, ¿por qué?
 De día trabajo en la tienda de electrodomésticos, así que escribía a partir de las diez de la noche.
¿Por qué un libro de corsarios?
Hablábamos de ellos en el blog y empecé una historia en la que los componentes del mismo íbamos en un barco. Poco a poco se me fueron ocurriendo cosas, hasta crear una trama en la que aparece, incluso, la guerra de la independencia de México, donde está el quid de la cuestión. La acción se desarrolla en dos sitios diferenciados: uno en tierra, cuando los franceses invaden Navarra, y otro en un barco corsario que está al servicio de la corona española. Llega un momento en el que ambos se unen bajo una misión que no tiene nada que ver con las anteriores. El relato se ambienta entre 1808 y 1817. Puede que a alguno le suene raro el hecho de que hubiera corsarios en el año 1817, pero me documenté y comprobé que sí los había, fueron los últimos.
Una vez escrito el libro, ¿cómo se lanzó a su edición?
Primero lo mandé a tres editoriales distintas, de las que no obtuve respuesta durante ocho meses. Tras mi insistencia, dos de ellas me contestaron de forma negativa, mientras que la tercera todavía no me ha dado una respuesta. Estoy convencido de que ninguna de las dos editoriales que me dijeron que no han leído mi novela. Con eso no quiero decir que sea buena, ni que la debían de haber editado, sino que tienen tantísimos libros para leer que actúan por descarte. Reconozco que publicar algo de una persona como yo, completamente desconocida, les supone asumir un riesgo, que se hace aún mayor en una época de crisis. La cuestión es que al final no esperé más y lo edité por mi cuenta, arriesgando mi dinero.
¿Cuáles fueron los pasos?
Creé mi propia editorial, a la que puse el nombre de un gato que tuve, Katakali Ediciones. Hice todo tal y como lo marca la ley. Una de las cosas más importantes es tener ISBN, un número internacional que se adjudica a todos los libros que se van a editar. También tiene depósito legal y código de barras. La registré hace cerca de un año en el Ministerio de Cultura.
Una vez publicada, ¿cómo afronta la incertidumbre de que su novela guste o no a los lectores?
Tenía dos objetivos. Uno era divertirme escribiéndola y la verdad es que me lo he pasado de maravilla. Otro era entretener a la gente a través de su lectura. Lo primero ya está hecho, ahora falta lo segundo. Normalmente, cuando lees el currículum de un escritor figuran sus títulos como licenciado o doctorado en algo, periodista, abogado, etc. Yo trabajo en una tienda de electrodomésticos y es normal que tenga miedo a hacer el ridículo, pero también hay ilusión y al final ha acabado venciendo a todo lo demás.
¿Con qué se daría por satisfecho?
Me conformo con no perder ni un céntimo y recuperar la inversión realizada, pero sé que me va a costar. Después de eso, la mayor satisfacción sería que en estos momentos alguien tuviera el libro abierto y lo estuviera leyendo, si encima le gustara, ya sería algo maravilloso.
¿Iría a por un segundo libro?
Estoy en ello, llevo escritas unas 100 páginas y no tiene nada que ver con el anterior.

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