miércoles, 23 de noviembre de 2011

FICHERO DE NOVELAS NEGRAS: 327.-ASESINATO EN EL SENTIER (CARA BLACK))


Título: ASESINATO EN EL SENTIER
Título original: MURDER IN THE SENTIER
Autora: CARA BLACK.
Editorial: LA FACTORÍA DE IDEAS
Trama: Una mujer de origen alemán, que dice haber salido recientemente de la cárcel y haber pertenecido a un grupo terrorista de ultraizquierda en los años 80, se presenta en casa de Aimée Leduc, una detective experta en seguridad informática, diciéndole que en la cárcel coincidió con su madre desaparecida, que militaba en la misma organización y a cambio de una fuerte suma promete darle más información. Pero antes de hacerlo muere asesinada, lo que obligará a Aimée a investigar a los supervivientes de dicho grupo.
Personajes: Aimée Leduc, joven mujer detective, hija de un policía fallecido en un atentado y de una mujer norteamericana que les abandonó, que se esfuerza por estar a la altura de la leyenda de su progenitor, René, enano experto en informática y socio a la vez que protector de Aimée, el inspector Morbier, viejo amigo del padre de Aimée, Christian Figeac, joven de personalidad inestable, hijo de un conocido escritor francés protector en el pasado de los terroristas que al parecer se ha "suicidado", Etienne Mabry, atractivo asesor financiero, amigo de Christian Figeac, Stefan, antiguo terrorista y excelebte mecánico, que lleva treinta años huyendo de la policía, Jutta Hald, antigua miembro del grupo terrorista, cuyo único objetivo es resarcirse económicamente de los años de lucha y cárcel.
Aspectos a Destacar: La autora bucea en el mundo de los antiguos izquierdistas que, tras utilizar el terrorismo para conseguir sus objetivos acabaron desencantados y haciendo lo contrario de lo que habían predicado / Aunque con nombres ficticios, la novela se basa en la historia de la Facción Alemana del Ejército Rojo, más conocida como la "Banda Baader Meinhof".
La Frase: Éste era el París en el que Aimée había crecido... mugriento y plagado de caractère. Un lugar en el que los tenderetes de los estivales melocotones blancos de Montreuil perfumaban las fachadas de piedra ennegrecidas, en el que las porteras se sentaban y se abanicaban en los portales al tiempo que intercambiaban sus cotilleos, mientras los gatos se movían sigilosamente entre sus piernas, y en el que todo el mundo decía "bonjour" en la calle.

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